domingo, 6 de julio de 2014

Hay descanso en sus brazos

Sentir la necesidad de un abrazo que dé un poco de consuelo a tu vida, la necesidad de esos brazos que aun sin palabras te hagan ver que no estás solo, que las cosas tienen solución y que todo pasará pronto, es algo muy normal en todo ser humano; pasar por momentos y circunstancias difíciles, lleva a que la necesidad de afecto, apoyo y comprensión crezca.
Es difícil y agotador estar viviendo una situación que no sabes cuando acabará, a veces sin ni siquiera entender el motivo de por qué está pasando, cómo las cosas se descontrolaron para transformarse en lo que hoy estás viviendo, sentirte incomprendido, solo, sin fuerzas y con la necesidad de tener a alguien cerca que te dé ese aliento y te contagie las ganas de mantenerte de pie en la lucha.

Diversos estudios de hace algunos años, dicen que una persona que es abrazada recibe un fuerte estímulo emocional. Cada ser humano necesita frecuentemente, unos cuántos abrazos para sobrevivir, para mantenerse, para crecer; sea cierto o no totalmente, un abrazo en cualquier circunstancia especifica en la que necesitamos sentirnos bien, es realmente reconfortante. Pues imagínate sabiendo que Dios sin darnos cuenta, lo hace, que nos abraza y nos rodea con sus brazos de amor; la verdad es que con un solo abrazo de Él nos basta y sobra.
Tal vez hoy, hayas sentido la necesidad enorme de un abrazo que te dé la fuerza para continuar, que alguien sin muchas palabras te haga ver que no estas solo y que te comprende, que te tome entre sus brazos y te haga sentir querido. Puede que no haya esa persona ahora a tu lado, pero si alguien sabe exactamente lo que estás sintiendo es Dios, te conoce tanto que, ante la necesidad de un abrazo Él extiende sus cálidos brazos para ti, para que encuentres esa paz que estás buscando y para mostrarte que no estás solo, que te protege y te comprende en tu situación, que eres tan especial que sus brazos siempre estarán abiertos para ti.

Si hoy te ha faltado fuerza, si hoy has sentido que no puedes continuar, si la dificultad o la incomprensión te han hecho sentir que estas solo y si la desesperación es tan grande, que ni siquiera las palabras pueden cambiar tu ánimo, ve a los brazos de Dios; en ellos hay descanso, ahí se encuentra el escondite seguro donde nadie puede hacerte daño, donde todo se convierte en nada cuando eres tocado por su amor. Tal vez no necesites oír nada más que estas palabras, “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. Mateo 11:28 (NVI)

¿Sientes hoy esa necesidad? ¡Prueba en sus brazos, en ellos siempre hay amor y descanso!

No hay comentarios:

Publicar un comentario