“…y he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:20
La promesa más grande que nuestro Señor Jesús nos dejó, sin duda, fue la de su compañía, porque estando Él con nosotros, tenemos la seguridad de que, en todo lugar y en todo tiempo, Él está pendiente de nuestras necesidades por mínimas o complicadas que sean.
Es bueno recordar esta promesa que nos hizo a todos, porque es algo que debemos tener muy presente cada día y no olvidarnos de ella, ni siquiera cuando las cosas que vivimos parece que demostrasen lo contrario. Cada día vivimos cosas distintas, y con ellas situaciones, necesidades y todo tipo de problemas, pero siempre es bueno recordar que en medio de todo no estamos solos. Nadie, nunca, está fuera del alcance de la presencia de Dios; puede haber personas alejadas de Él, pero nunca desaparecidas de su vista.
La promesa de compañía que Dios te ha dado no es solo para los días buenos, ni tampoco exclusivamente para los malos. Él dijo: “TODOS LOS DÍAS” y, aún más, para que sepas que no tiene fecha de caducidad, agregó: “HASTA EL FIN DEL MUNDO”, lo que incluye en las buenas, en las malas y desde el inicio hasta el fin de tu existencia.
Las cosas que puedas estar viviendo aunque parezcan muy fuertes, nunca serán más que la compañía de Dios. Quizá hayas pensado que Dios ya se apartó de ti, y los problemas te han envuelto tanto, que sientes que lograron aislarte de todo lo demás; pues debes saber que Dios no está lejos de ti, que no te ha dejado ni te ha olvidado. Dios es fiel, no se cansa, no se rinde y no se aleja de ti.
Dios nos habla de muchas maneras, es tan detallista que a cada oportunidad nos recuerda que sigue estando de nuestro lado. A pesar de todo lo que estemos afrontando, pensar que estamos solos es dudar de sus promesas; no podemos olvidar lo importante que es creer en las promesas de Dios, o creer, por el contrario, lo que nos dicen los problemas, y tampoco olvidemos que Dios siempre dirá algo distinto a lo que esperemos. Él siempre tiene un plan B, una oportunidad cuando parece que ya no hay, y donde está su provisión no hace falta nada más.
Dios prometió estar SIEMPRE a tu lado, no solo en lo bueno, no solo en lo malo, Él siempre ha estado ahí, a tu lado, esperando que no olvides cuánto te ama y cuánto está dispuesto a hacer si se lo permites.
Tal vez has sentido que estás luchando solo contra lo que estás viviendo, pues entonces deberías saber que nunca lo has estado, no estás solo en medio de la lucha. Es el tiempo de que tomes fuerza y valor para levantarte y estar seguro de que por muchos o muy fuertes que sean los problemas, hay una promesa de compañía, la mejor de las compañías, la de Dios, y cuando estés seguro de eso, estarás seguro de que nada te hará falta.
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