lunes, 23 de junio de 2014

La Clave del Éxito - Reflexiones

¿Qué hace la diferencia? ¿Por qué a algunas personas les va tan bien? ¿Será por…
• ¿El trasfondo familiar? Crecer en una buena familia es algo por lo que cualquiera debería sentirse agradecido, pero no es un indicador fiable de ser la razón para el éxito. Un alto porcentaje de las personas exitosas viene de hogares destruidos.
• ¿La riqueza? No, algunos de los hombres y mujeres de mayor éxito vienen de la clase media y de la clase media baja. La riqueza no es un índice de éxito ni tampoco la pobreza es garantía de logros significativos.
• ¿La oportunidad? Bueno, la oportunidad es algo muy especial. Dos personas con dones, talentos y recursos similares pueden observar una situación dada, y una de ellas verá tremendas oportunidades en tanto que la otra no verá nada. La oportunidad está en el ojo del observador.
• ¿Una alta moralidad? Sería bueno que esta fuera la clave pero no lo es. Hay personas absolutamente íntegras que han logrado muy poco. Y hay sinvergüenzas de un tremendo éxito. Usted también los conoce.
• ¿La ausencia de dificultades? Por cada persona exitosa que ha esquivado a la adversidad, hay una que venció incapacidades extremas u otro que sobrevivió a horrores absolutos. Así es que, tampoco es la ausencia de dificultades.
No, ninguna de estas cosas es la clave. Para decirlo claramente, hay un solo factor que separa a los que se distinguen en forma consistente de los que no: La diferencia entre la gente mediocre y la gente de éxito es su percepción del fracaso y su reacción al mismo. 
Ninguna otra cosa tiene el mismo impacto en la capacidad de las personas, de alcanzar y llevar a cabo cualquier cosa que se propongan y deseen.
Efectivamente, esto es cierto. El "fracaso" no es el acabose de todo, podría ser el comienzo de todo. Lo importante en la vida es sacar provecho de cada experiencia dolorosa. Jesús estará a nuestro lado para enseñarnos.
Para librarnos de caer en el sepulcro y de cruzar el umbral de la muerte. Job 33:18.
Si le tiene compasión y le ruega a Dios: Sálvalo de caer en la tumba, que ya tengo su rescate. Job 33:24.
Podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano. Salmo 37:24.

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