Fue uno de esos atardeceres espantosos que toda familia experimenta alguna vez. Aunque era sábado por la noche y víspera de la celebración de cumpleaños, nada marchaba bien. Incluso el viaje de regreso a casa al terminar la cena, fue pésimo.
Ya en casa, el padre se sentía molesto por la abundancia de espectáculos políticos en televisión. El hijo de dieciséis años, consideraba su vida arruinada porque a esas alturas, aún no había recibido clases para conducir y por ello, le era imposible obtener su carné. El otro hijo de once años, gritaba porque su hermano de dieciséis le golpeó por… no se sabe por qué exactamente.
Ya en casa, el padre se sentía molesto por la abundancia de espectáculos políticos en televisión. El hijo de dieciséis años, consideraba su vida arruinada porque a esas alturas, aún no había recibido clases para conducir y por ello, le era imposible obtener su carné. El otro hijo de once años, gritaba porque su hermano de dieciséis le golpeó por… no se sabe por qué exactamente.
La madre estaba enfadada por haberse gastado tanto dinero en aquel estupendo restaurante, para aquellos monstruos ingratos de hijos.
Al llegar a casa, decidió a regañadientes, comenzar los preparativos del cumpleaños. Se dirigió a la cocina y buscó los ingredientes para elaborar el pastel favorito de su hijo mayor. En diez minutos, casi por arte de magia, el humor de toda la familia se transformó.
El hijo de casi dieciséis años, fue a la cocina, vio lo que hacía su madre y la abrazó por hacerlo, a pesar de su anterior conducta. El de once años estaba emocionado porque le fue permitido colaborar en la confección del pastel. El padre estaba feliz al ver que todos habían dejado de reñir...
El hijo de casi dieciséis años, fue a la cocina, vio lo que hacía su madre y la abrazó por hacerlo, a pesar de su anterior conducta. El de once años estaba emocionado porque le fue permitido colaborar en la confección del pastel. El padre estaba feliz al ver que todos habían dejado de reñir...
Y la madre se asombró al ver que en un simple anochecer, la acción de hornear un pastel se convertía en un pequeño cuadro de amor.
Nunca imaginaremos lo importante que son nuestras pequeñas acciones para aquellos que nos rodean. Y mientras avanza tu día tomarás decisiones al relacionarte con ellos. Elige, pues, actos de amor.
1 Corintios 16:14
Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario