A veces, verdaderamente llegamos a sentirnos solos, pese a estar rodeados de personas que nos aman o nos aprecian. Este sentimiento de soledad por lo general aparece, cuando sentimos que las cosas no van como nosotros quisiéramos o no se están dando como lo habíamos planeado.
Todos, en algún momento de la vida, llegamos a sentirnos solos pero no significa que lo estemos. Sentirse solo a veces, también es consecuencia de un ánimo decaído por las diferentes situaciones que te haya tocado afrontar.
David, aquel hombre conforme al corazón de Dios, vivió en carne propia el sentimiento de soledad frente a las diferentes circunstancias en contra que afrontó:
“Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
porque estoy solo y profundamente angustiado.
Mis problemas van de mal en peor,¡oh, líbrame de todos ellos!” Salmos 25:16-17 (Nueva Traducción Viviente)
¿Pero realmente estamos solos? Aunque pensemos o digamos que lo estamos, la realidad es que no, la realidad es que Dios siempre ha estado a nuestro lado. Pero el hecho de que Dios esté de nuestro lado no significa que no vayamos a pasar por momentos difíciles, sino que en los momentos difíciles que nos tocará vivir, tenemos un respaldo precioso, Dios, de nuestra parte y a nuestro lado.
El sentimiento de soledad a veces nos quiere hace pensar que Dios se ha olvidado de nosotros, pero por mucho que te sientas solo, nunca estás olvidado: Dios no se olvida de ti, Él siempre está pendiente de tu vida.
Puede que las circunstancias que te rodean te quieran hacer pensar que estás abandonado. De hecho, el salmista David sintió ese “abandono” y dijo: “Día y noche sólo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: ¿Dónde está ese Dios tuyo?.” Salmos 42:3 (Nueva Traducción Viviente).
Las circunstancias negativas que te puedan estar rodeando, no van a dictar en tu vida la presencia de Dios, puesto que la presencia de Dios en tu vida es real a cada momento. Debes entender que a tu lado está el Señor sosteniéndote en medio de cualquier circunstancia, que Él no te va ha dejar y, aunque sientas que estás solo, no lo estás, aunque sientas que estás olvidado, no lo estás.
Mira a tu lado y date cuenta de que Dios siempre ha estado allí, date cuenta que si aún estás de pie es porque Dios te ha sostenido. Que no ha habido ni un minuto de tu existencia sin que Dios no esté contigo, y el hecho de sentirte solo u olvidado lo único que hace es negar esa verdad.
Levanta tu rostro y date cuenta de que Dios está allí, esperando el momento que vuelvas tu mirada hacia Él y así, poder hacer cosas maravillosas en tu vida. No sigas mirando hacia el vacío o hacia los problemas, que lo único que hacen es causarte un sentimiento de soledad o abandono. En vez de eso, abre tus ojos espirituales y date cuenta que con Dios eres más que vencedor y que Él ha estado, está y seguirá estando a tu lado.
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