Colosenses 2: 6, 7 “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”.
Seguro que encontrarnos con Jesús ha sido la experiencia más maravillosa de nuestras vidas, de hecho esa experiencia vino a cambiar nuestra perspectiva de vida y nos permitió ser perdonados de nuestros pecados.
¿Cómo recibiste al Señor Jesucristo?, seguro que todos nosotros lo recibimos con un corazón quebrantado, ya que el mismo hecho de haber dado ese paso de fe, estaba demostrando la disposición de corazón que teníamos para que Jesús entrara en nuestra vida.
¿Cómo no recordar ese hermoso momento? Cada vez que rememoro el encuentro que tuve con Cristo me dan ganas de llorar, mi vida se estremece y mi corazón se sensibiliza, porque en ese día maravilloso, mi corazón se rindió a los pies de Jesús. Es en ese momento, cuando el Apóstol Pablo escribiendo a los Colosenses, menciona el hecho de haber recibido al Señor y dice: “de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”, que traducido al lenguaje popular seria: “Así, con el amor y disposición de corazón que recibiste al Señor, así también trata de amar al Señor y disponer tu corazón para caminar conforme a su voluntad”.
Es en este momento, cuando viene la pregunta: ¿Será que andamos en El Señor de la manera en que lo recibimos?
Este es un buen día para reflexionar acerca de mi andar en el Señor, puesto que la voluntad de Dios al llamarnos, era edificarnos en amor para que abundáramos en acciones de gracias, como lo dice el versículo siete de este capítulo.
Amado hermano, no permitas que las circunstancias de la vida te aparten del sendero de la verdad, no permitas que los obstáculos en el camino te desvíen de tu objetivo, no le des opción al enemigo a devaluar tu amor por el Señor. Que la disposición de tu corazón siempre sea agradar a tu Creador más que agradar al ojo humano; que tu objetivo número uno sea agradar al ojo Divino.
Dios quiere que abundemos en acciones de gracias no para salvarnos, pues ya somos salvos al entregar nuestra vida a Jesús y vivir cada día para Él. Ahora hacemos las obras no para salvarnos, sino para demostrar nuestro agradecimiento al Señor.
El Apóstol Pablo exhorta a los colosenses para que abunden en acciones de gracias, ¿Estaremos nosotros abundando en acciones de gracias? Es momento de reflexionar y examinar nuestro andar en el Señor.
La única manera de agradar a Dios es andando en Él. ¿Lo estás haciendo?
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