¿A que muchas veces nos negamos a hacer el bien, teniendo la posibilidad de brindar una ayuda? En ocasiones nos incomoda cuando nos piden que les prestemos algo o que les hagamos un favor muy especial, y entonces, preferimos decir “no puedo” o “mejor mañana”, para salir del compromiso en lugar de tomar la decisión de ayudar.
Pero la Biblia dice “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle.” Proverbios 3:27 – 28 RV1960
En la palabra de Dios aprendemos que, Él desea que seamos serviciales con nuestro prójimo, con aquel que necesita de nosotros. En una oportunidad le preguntaron, ¿Quién es mi prójimo? A lo que Jesús respondió con una historia:
“Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino.
Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. Un ayudante del templo pasó y lo vio allí tirado, pero también siguió de largo por el otro lado.
Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él. Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él. Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”.
Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre atacado por los bandidos? —preguntó Jesús.
El hombre contestó: El que mostró compasión.
Entonces Jesús le dijo: Así es, ahora ve y haz lo mismo. Lucas 10:30-37 NTV
Muchos esperaban que el sacerdote o el que trabajaba en el templo serian quienes ayudaran a aquel hombre, sin embargo la ayuda fue de quien menos esperaban. En aquellos tiempos, el samaritano era muy menospreciado y criticado, especialmente por los judíos, pero Jesús lo pone como ejemplo, al haber obrado conforme al corazón de Dios.
Es ante situaciones especiales en la vida, cuando realmente se ve si obramos como cristianos. Los que te rodean estarán observando, si realmente obras de acuerdo a lo que predicas.
Muchas veces, ante la necesidad del prójimo estamos tan enfocados en nosotros mismos, que sólo estamos preocupados en que no nos molesten o en lo que pudiéramos llegar a perder. Sin embargo, siempre es mejor dar que recibir, y debemos recordar que Dios nos observa y en su tiempo nos dará la paga.
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