martes, 27 de mayo de 2014

¡Escogidos!

Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre. 1º Reyes 1:1-31
DURMIENDO CON EL REY
Son los últimos días de la vida del anciano rey David. Su cuerpo ha perdido energía y vitalidad, y por más que se abrigue no logra entrar en calor (verso 1). ¡Vive muerto de frío!
¿Qué loca idea se les ocurre a los siervos para “calentar” al rey? (versos 2-3). Dormir en la misma cama con alguien (sea hombre o mujer), activa tus hormonas y despierta deseos y fantasías sexuales. Y salvo alguna excepción muy puntual, no es conveniente que lo hagas. Cada uno a dormir a su camita. No te expongas a situaciones factibles de ser muy difíciles de controlar. Prevenir es siempre mejor que lamentar.
Devocional - ESCOGIDOS!!Bueno, eso de la excitación, a David ya no le pasaba. Era ya muy viejo para “calentarse” sexualmente con una chica. Por eso el verso 4 dice que “el rey nunca la conoció”. O sea, “nunca la conoció sexualmente”. Nunca hizo el amor con ella, nunca la acarició o tocó eróticamente. Era otra la razón por la cual buscaron a la hermosa Abisag para que durmiera con el rey. En la antigüedad había una creencia: el contacto con una chica virgen tenía poderes restauradores. Creían que la energía y vitalidad de una virgen (y si era hermosa mucho mejor), pasarían a la persona anciana y ésta recuperaría su vitalidad. 
Para las chicas: Si tú fueras la hermosa Abisag, ¿qué sentirías al tener que dormir con el viejo rey todas las noches?
¿Te sentirías privilegiada por haber sido elegida? ¿Sentirías rechazo por ese hombre viejo, que no sabes cómo reaccionaría? ¿Soportarías sus olores de anciano y su piel arrugada? ¿Lo soportarías por los beneficios secundarios (vivir en el palacio, comer bien, vestir bien), pero deseando que se muriera pronto? ¿O acaso le honrarías por ser el rey, independientemente de su edad y condición? ¿Cuál sería tu reacción? ¿Cuál sería tu actitud?
Veamos la pregunta de otra forma. Tú y yo hemos sido escogidos para servir al Rey de reyes y Señor de señores: Jesús. Escogidos para estar en su presencia, para honrarle, para obedecerle, para amarle. Somos privilegiados por servirle, por estar en su reino y por vivir bajo su gobierno. ¿Sí o no?
PADRES DESINTERESADOS, HIJOS REBELDES
¿Quién se rebela en contra de David y qué hace? (versos 5,7, 9-10)
Adonías era el 2º hijo de David y técnicamente hablando, el trono le correspondía a él, ya que su hermano mayor, Absalón, había muerto ahorcado. Pero Adonías hizo todo mal. Se comportó como un rebelde y se ganó el rechazo de su propia familia. Fue muy alocada la actitud de Adonías, al rebelarse contra su propio padre. No reconoció, no respetó ni honró su autoridad. No hay nada más triste que los hijos rebeldes se vuelvan enemigos de sus propios padres, y no los respeten ni les honren.
La obediencia te hace ganar credibilidad y autoridad. La rebeldía produce divisiones y conflictos, te quita autoridad y te hace perder oportunidades. Dios bendice y respalda a los obedientes, y confronta a los rebeldes.
Satanás fue el primer rebelde en la historia del universo, y Dios le echó de su presencia, le despojó de su poder y de sus altos privilegios. Cuando te rebelas contra la autoridad, actúas bajo el principio de Satanás, y Dios no te respalda ni te bendice. Piénsalo.

Pero la rebeldía de Adonías contra David tiene una explicación. Verso 6.
David nunca le había puesto límites a su hijo. Nunca le había corregido. Nunca le había disciplinado. Adonías creció haciendo lo que le daba la gana, creció con una libertad total para hacer lo que quería y con una gran sensación de rechazo porque a su papá no le importaba su vida. Pero el amor establece límites. Si tus padres te aman, te corregirán, te disciplinarán y te pondrán límites. Y aunque te enojes contra ellos, lo valorarás porque te están cuidando. Adonías nunca se sintió cuidado, nunca se sintió amado.
GUARDIANES DEL REINO 
¿Quiénes se pusieron del lado del rey David para impedir que Adonías usurpara el trono? (versos 8, 11-27). 
Betsabé, madre de Salomón, el profeta Natán, el sacerdote Sadoc y Benaía, uno de los valientes de David. Ellos cuatro fueron los protectores del reino y del rey David y seguidores, para que Salomón fuera ungido como nuevo rey de Israel. Fueron fieles y leales en un mismo espíritu con David.

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