miércoles, 7 de mayo de 2014

¿Sabes cómo agradar a Dios?

En la Biblia encontramos ejemplos de hombres y mujeres, que fueron obedientes y siguieron las instrucciones de Dios, tal y como Él les ordenó. Uno de ellos fue Noé, quien honró a Dios en todo momento y le complació con su manera de vivir.
Algunas de las características de Noé, a imitar para agradar a Dios, son las siguientes:
Amarle por encima de todo. Amó a Dios más que a nada en el mundo; cumplió fielmente su voluntad y disfrutó de una estrecha relación con Él.
thankful
Confiar en Él completamente. Noé confío en Dios, incluso cuando todo lo que le ordenaba parecía carecer de sentido. Pero por fe construyó el arca y su confianza fue un acto de adoración a Dios, quien se complace en los que le honran.
Obedecerle de todo corazón. No desobedeció ninguna instrucción, hizo todo lo que Dios le pidió, sin reservas ni titubeos.
¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Porque es la demostración de que realmente le amamos. Jesús dijo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos” Juan 14:15
Dios no espera que lleguemos a ser maduros espiritualmente para comenzar a amarnos. Nos ama de la misma manera en cada una de las etapas de nuestro crecimiento. Él sabe que no somos perfectos y que pecamos constantemente, pero esas no son razones suficientes para que deje de amarnos.
Alguien dijo: “Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: “¿Cuánto placer me proporciona la vida?, deberíamos preguntarnos: “¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?”.
Dios está buscando personas como Noé, dispuestas a vivir para agradarle. ¡Quiero ser parte de ese grupo!, sólo necesito rendirle por completo mi vida, tener una relación más estrecha y personal con Él, esforzarme cada día por conocerle más, y obedecerle; sólo de esa manera podré alegrar su corazón en todo tiempo y lugar.
Dios mío, enséñame a cumplir tus mandamientos, pues obedecerlos me hace feliz; ¡los cumpliré toda mi vida! Aclara mi entendimiento, y los seguiré de todo corazón. Salmo 119:33 (TLA)
No hay nada que Dios no haga por quien se empeñe en agradarle.

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