viernes, 9 de mayo de 2014

Comunicaciones nuevas - Liderazgo

Dijo el sabio Salomón que corregir a un necio es ganarse un enemigo, pero corregir a un sabio es ganarse su amor y aumentarle la sabiduría. ¡Es verdad!
Años atrás, un grupo de eruditos de una sociedad bíblica en Miami, me contrató para asesorarles en un proyecto de comunicaciones. El honor era inmenso y la verdad fue que, aprendí más de ellos que ellos de mí. Fui yo el que debió pagarles por su amor, y las espectaculares lecciones de teología.
No sólo corroboré que cuanta más sabiduría, más humildad, sino que, aún a estas eminencias, a estas enciclopedias ambulantes, hay que decirles la verdad, aunque de manera dulce, sin atacarles. Y eso hice, les dije que aunque eran extremadamente interesantes, también eran muy aburridos.
Gracias a Dios, no me echaron a patadas, y pudimos sacar adelante un proyecto para enseñar al público común y corriente, conceptos teológicos complicados. Les propuse seguir el ejemplo de Jesús y hacer lo difícil, sencillo. Jesús ha sido el teólogo más grande que ha existido, sin embargo, sus conferencias eran tan profundas y veraces, que los doctores de la ley no le podían sorprender en ningún error para acusarle. Era tan didáctico, que los mismos campesinos le entendían. Y tan ameno, que los niños, público de por sí indisciplinado, le seguían.
Si uno de los famosos pastores cristianos que existen hoy en día, me llamara a su oficina y me dijera: “Ayúdame hermano, a hacer un proyecto de comunicaciones nuevo”, yo le diría con toda confianza: Te voy a hablar como amigo, como comunicador y como cristiano. Si te gusta mi proyecto, trabajamos, si no, tranquilo, nada ha pasado.
Como amigo te voy a decir que dejes de auto-promocionarte. Si lo que quieres es hacerte más famoso, tener la iglesia más grande, vender tus libros y vídeos como churros, y que te inviten a los más importantes congresos religiosos del mundo como ponente, sigue como vas, no hay problema. Sigue comprando equipos, tecnología y pagándoles el mismo sueldo mísero a todos estos chicos recién salidos de una facultad de comunicaciones. Total, la gente te va a seguir respaldando porque te quiere, porque ama la obra de Dios, y desean seguir viéndote predicar en la televisión y en la radio, lo que ellos ya escucharon el domingo anterior en la iglesia. Ahora bien, si estás dispuesto a morir a tu ego, a vivir anónimamente, a no aparecer ni en la radio, ni en la televisión, ni en las revistas, ni en páginas de internet, e invertir todo este dinero que la gente te está dando, en pagar sueldos decentes a tus empleados y en ideas creativas de comunicaciones, puedes, hermano, contar conmigo. Pero eso sí, te lo voy a dejar muy claro, vamos a trabajar centrados en Dios y en su mensaje, no en el mensajero. El mensajero tiene que mantenerse como anónimo, y eso es duro, es una bofetada para un líder.

Como comunicador, mira hermano, estamos metiendo la pata, pero bien metida, en el manejo de las comunicaciones de Dios. Si el Señor no fuera misericordioso, ya nos habría puesto una demanda por daños y perjuicios. Si tú eres contratado por una empresa, como asesor de imagen y publicidad, y la gente comienza a pensar cosas malas de los productos, no solamente te van cancelar el contrato, sino que te arriesgas a que te pongan una demanda con un montón de abogados, por el grave perjuicio que has causado a la marca y prestigio de la empresa. Esa gente ha invertido millones y millones de euros en construir una buena imagen en torno a su producto, de manera que no van a aguantar que llegues y les estropees el trabajo de años. Ahora piensa en esto, a Dios, redimir a la humanidad, le costó la sangre de su mismísimo Hijo Jesucristo. Y ahora nos ha pedido a nosotros, que comuniquemos esa buena noticia al mundo, que le digamos a la gente que Dios les ama y que desea darles vida, y vida en abundancia. E incluso nos ha mandado al Espíritu Santo para que sea nuestro ayudador. ¿Y qué hemos hecho? 
Hemos usado su obra redentora, su mensaje y su Espíritu Santo para anunciarnos a nosotros mismos. En lugar de usar los medios de comunicación para anunciar a Dios y su evangelio, lo que hacemos es promocionarnos a nosotros mismos, a nuestras iglesias y nuestros ministerios. Y ni siquiera hemos mostrado el cristianismo, como un estilo de vida las 24 horas diarias, no, lo que estamos mostrando en los medios de comunicación, son nuestros cultos dominicales de dos horas.
¿Qué crees que va a pensar el público en general de nuestro evangelio? Pues que es una religión más como todas las demás. Podemos gritar a los cuatro vientos que el cristianismo no es una religión, sino una relación con Cristo, un estilo de vida, pero todo se echará a perder cuando la gente vea que, lo único que mostramos en los medios de comunicación son nuestros servicios religiosos, nuestra liturgia, y no una nueva vida en Cristo.

Y finalmente, te hablo como cristiano. ¿Por qué no le pedimos perdón a Dios por el mal manejo que le hemos dado a su Oficina de Comunicaciones en el Planeta Tierra y le suplicamos  de rodillas, todos unidos, que nos dé su CREATIVIDAD para corregir y hacer unas comunicaciones nuevas que impacten al mundo no cristiano?

No hay comentarios:

Publicar un comentario