viernes, 9 de mayo de 2014

La Carrera - Reflexiones

En una ocasión, en la carrera de los 100 metros con obstáculos de las olimpiadas de 1980, salieron los 8 competidores.
El número 5 derribó el primer obstáculo, luego el segundo y el tercero; su desesperación fue tanta, que no pudo saltar totalmente el cuarto y tropezó con él, cayendo pesadamente. Desde el suelo vio a los demás alejarse, sin embargo se puso en pie y continuó la carrera; se dio cuenta de que su rodilla sangraba y que su pierna no tenía la fuerza necesaria por el golpe, pero aún así continuó, tropezando más adelante con otro obstáculo y cayendo de nuevo.
En ese momento, los otros competidores ya habían traspasado la meta, y los espectadores que había alrededor de la pista, le decían que saliera de ella pues estaba sangrando y que de todas formas, ya no iba a ganar la carrera. Pero este atleta no les hizo caso, se levantó y siguió adelante; su objetivo era llegar a la meta, y lo iba a lograr pasara lo que pasara. En las gradas, la gente estaba atónita al ver la persistencia de aquel hombre.
Finalmente llegó al final de la pista, y en ese momento, todo el estadio olímpico se puso de pie y estalló en una ovación, dedicada al hombre que había demostrado qué era lo más importante en una carrera: ¡Perseverar hasta el final sin importar los tropiezos!
En esta vida, sentimos muchas veces que hemos caído demasiado y que ya no podemos más, y pensamos que la carrera está perdida. Pero nunca estás tan bajo que Dios no te pueda levantar, ni tan lejos que no te pueda alcanzar. ¡Sigue! Sigue hasta el final… que ahí estará el Creador con los brazos abiertos… aplaudiendo tu perseverancia y confianza en Él, y dispuesto a entregarte tu corona de vencedor…
¡Sigue hasta la meta!
1 Corintios 9 24-25
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Josué 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

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