martes, 22 de abril de 2014

Todos los días hasta el fin del mundo


…y he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”  Mateo 28:20

La promesa más grande que nuestro Señor Jesús nos dejó, sin duda, fue la de su compañía; estando Él con nosotros tenemos la seguridad de que, en todo lugar y en todo tiempo está Él pendiente de nuestras necesidades, por mínimas o complicadas que sean.
Siempre es bueno recordar esta promesa. Es algo que debemos tener muy presente cada día y no olvidarnos de ella, ni siquiera cuando las cosas parezcan demostrar lo contrario. 
hasta el fin del mundoCada día vivimos cosas distintas, diversas situaciones, problemas, necesidades,... pero siempre es bueno recordar que, en medio de todo no estamos solos, que nadie está fuera del alcance de la presencia de Dios; sí, puede haber personas alejadas de Él, pero nunca desaparecidas de su vista.

La promesa de compañía que Dios ha dado no es sólo para los días buenos, ni tampoco exclusivamente para los malos. Él dijo: “TODOS LOS DÍAS” y agregó: “HASTA EL FIN DEL MUNDO”, eso incluye en las buenas, en las malas, y desde el inicio hasta el fin de tu existencia.
Las cosas que estés viviendo aunque parezcan muy fuertes, nunca serán más que la compañía de Dios; tal vez hayas pensado que Dios ya se apartó de ti, los problemas te han envuelto tanto que sientes que te alejaron de Él, pero debes saber que Dios no está lejos, que no te ha dejado, no te ha olvidado, Dios es fiel, no se cansa, no se rinde y no se aleja de ti.

Dios nos habla de muchas maneras, es tan detallista que, a cada oportunidad nos hace recordar y sentir que sigue estando de nuestro lado. A pesar de todo lo que estemos afrontando, pensar que estamos solos es dudar de sus promesas; no debemos olvidar lo importante que es creer en las promesas de Dios, por creer lo que nos dicen los problemas; Dios siempre dirá algo distinto a ellos a pesar de las situaciones, Él siempre tiene un plan B, una oportunidad cuando parece que ya no hay ninguna; donde está la provisión de Dios no hace falta nada más.

Dios prometió estar SIEMPRE a tu lado, no sólo en lo bueno, no sólo en lo malo, Él siempre ha estado ahí, a tu lado, esperando que no olvides cuánto te ama y cuánto está dispuesto a hacer si se lo permites.
Puede que sientas que estás luchando solo contra lo que vives, pero deberías saber que nunca lo estuviste, que no estás solo en medio de la lucha. Es tiempo de que tomes fuerza y valor para levantarte y estar seguro de que, por muchos o muy fuertes que sean los problemas, siempre hay una promesa de compañía, la mejor de las compañías, la de Dios. Cuando estés seguro de eso, estarás seguro de que nada te hará falta.

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