martes, 1 de abril de 2014

Quiero Vivir Con Propósito

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Efesios 2:10
¿Cuál es la definición de “propósito”? Los diccionarios significan, destino de algo, planificar algo. Algo que uno pretende conseguir o hacer. 
Es una palabra a la que la mayoría de nosotros estamos muy familiarizados. De hecho, muchos de nosotros gastamos la mayor parte de nuestro tiempo, buscando un propósito o “significado” para nuestras vidas.
Y a veces buscamos propósitos tan grandes, importantes, y significativos, y tan frenéticamente, que descuidamos los sucesos pequeños y maravillosos que ocurren a diario en nuestras vidas. Luego, muchos años después, miramos atrás en nuestras vidas, y esas pequeñas cosas que se descuidaron, podrían haber sido el gran salto por encima de nuestros límites.
Mas Dios tiene un propósito para todo, pero nosotros desordenamos las cosas y las ponemos al revés, perdemos el propósito asignado a nuestras vidas con cosas banales. Terminamos por creer que nuestros propios propósitos son insignificantes, sin sentido, lo cual es muy triste ante los ojos de Dios, para quien todos nosotros somos importantes y de mucho significado.
No todos nosotros parecemos ser tan fuertes como los líderes heroicos del pasado, o tan poderosos como otros, que cambiaron el mundo simplemente con el guiño de un ojo. Sin embargo, sí podemos hacer una gran diferencia en la vida de otras personas, con sólo una palabra o con un simple abrazo, cosas que dan un aliento significativo a quien ha perdido la esperanza. Estaremos cumpliendo así, el propósito de Dios en nuestra vida.
Un día hermoso y soleado, un hombre paseaba por la playa, cuando observó que una niña tomaba una estrella de mar que estaba en la misma, y la lanzó al océano. El hombre le preguntó, ¿por qué lanzas esa estrella de mar al Océano? Ella respondió: si no lo hago, la estrella morirá, porque fue hecha para estar en el mar. El hombre le replicó. ¿Y qué sacas con lanzar una, si la playa está llena de centenares de ellas que morirán? La niña dijo: Es cierto; sin embargo, por lanzar una, yo ya he hecho la diferencia. La niña se fue, y el hombre se quedó pensando en la gran lección que le acababa de dar una niña pequeña.

"Hoy no quiero ser un indiferente más, quiero ser una diferencia porque Dios me hizo con ese propósito".
Señor, gracias por hacerme con propósitos claros y definidos. Hoy quiero hacer una diferencia en este mundo con mi manera de vivir y de actuar. Sé que para eso me has hecho. Amén.

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