Las palabras siguientes fueron escritas en las Décimo octavas Olimpíadas de Tokio: “Lo más importante de los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar"; así como lo más importante en la vida no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial es… haber peleado bien.
Los atletas que alcanzan los Juegos Olímpicos son de por sí, los mejores entre los mejores de cada nación. Cada atleta ha sobresalido en aspectos que, pocos o ninguno de sus compañeros podrían alcanzar. Sin embargo, sólo uno se llevará la medalla de oro, otro la de plata y un tercero la de bronce.
Aquellos que están muy acostumbrados a ganar, afrontan la devastadora posibilidad de perder, no sólo delante de sus compañeros de juego sino también de sus compatriotas, y en período televisivo, delante del mundo entero.
Qué importante es para estos atletas, mantener su perspectiva de que ganar no es lo más importante de las olimpiadas, y sí lo es la oportunidad de competir, de tratar de ganar, de dar su mejor esfuerzo.
"No importa la arena en la que compitas; en realidad ganar no es lo más importante. Dar tu mejor esfuerzo por el resto es lo que moldea, dentro de ti, las características duraderas de tu carácter, cosas “mejores que el oro”.
Lo más importante en la vida no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial es haber peleado.
Y una de las mayores normas de la vida es esta:
Mientras más das, más recibes.
Mientras más das, más recibes.
Proverbios 13:4
El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha.
El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha.
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