miércoles, 2 de abril de 2014

Dios quiere darte una nueva oportunidad

Dios quiere darte una segunda oportunidad
“Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar”. Juan 21:7 
Dios siempre nos da nuevas oportunidades aun sin merecerlo, lo cual es increíble. Por naturaleza somos rebeldes y pecadores, pero Dios no nos ve como somos, sino como llegaremos a ser cuando nos encontremos con Él y suframos una transformación en el ámbito sobrenatural.
La historia que sigue, bonita por su sensibilidad, es la historia que muchos, en algún momento de sus vidas, han experimentado, puesto que, no es necesario renunciar completamente a Dios para alejarse de Él; tú puedes ser el mejor servidor a la vista de toda la congregación, pero puedes estar totalmente alejado de una verdadera relación personal con el Señor.
Todos conocemos la historia de cómo Pedro negó a Jesús; aquel hombre que dijo: “…Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré” (Mateo 26:33); muchas veces le prometemos de todo al Señor por puros impulsos humanos y, cuando la realidad de la prueba se presenta, muchos hacemos lo mismo que Pedro, huir y negar lo que un día profesamos: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).
Es fácil decir todo lo bello que es Dios cuando todo es prosperidad, cuando todo es una bendición, cuando sus milagros y maravillas están a la vista.
Pero lamentablemente, muchos no estamos preparados para la hora de la prueba. Jesús le dijo a Pedro: “…Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31) y en otra ocasión también le había dicho: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Marcos 14:38)
El episodio de su negación todos lo conocemos. La Palabra de Dios describe cómo después de negar a Jesús, Pedro lloró amargamente: “Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente”. (Lucas 22:62)
Nos podemos identificar con Pedro, sentir lo que él sintió en ese momento, percibir el ambiente en que se movía y lo peor de todo, saber que le había sabido mal a aquel que había depositado su confianza en él, que le había elegido para hacer historia, que le había discipulado para hacer cosas como las que Él había hecho..., pero todo eso fue echado a la borda. Tenia razón Jesús, Él ya lo había dicho y se cumplió tal y como lo dijo. Seguramente Pedro estaba destrozado.
Este episodio es semejante al que muchos atravesamos en la vida, cuando después de ser testigos de cosas maravillosas del Señor, después de que Dios nos rescató de la muerte eterna, nos dio nueva vida y además, confió en nosotros para alguna tarea en especial, nosotros decidimos fallarle, negarle con nuestras acciones y olvidarnos por completo de todo lo bello que ha sido.
Es duro, seguramente nadie, de los que en algún momento hemos tenido un encuentro con Dios, se sentirá orgulloso de fallarle al Señor, jamás nos sentiríamos orgullosos de hacer algo, que lejos de agradarle, le entristezca. Pero nuestro Dios es grande en misericordia, amor y, sobre todo, perdón.
De nuevo en el primer versículo que leímos, vemos cómo algunos de los discípulos habían vuelto a su trabajo normal, al que desempeñaban antes de ser elegidos como discípulos del Señor. Como cuando tú, después de fallarle al Señor, vuelves a hacer lo que antes hacías, vuelves a tu mundana vida normal.
La Biblia narra cómo estos discípulos se encontraban pescando, pero no habían pescado nada. Jesús se acercó a ellos, desde la playa, y les dijo que echaran nuevamente las redes (Juan 21:6); ellos obedecieron y no podían sacar las redes por la gran cantidad de peces. En ese momento, Juan, el discípulo amado, reconoció que era Jesús y dijo a Pedro: “¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar”. (Juan 21:7)
Cuando Pedro oyó que era el Señor, dice la Biblia que se puso la ropa y se echó al mar para encontrarse con Jesús, que estaba en la playa. Aquí se ve que Dios es un Dios de oportunidades, Pedro había fallado, había vuelto a su vida antigua, pero aun así Jesús fue a buscarle, y Pedro, ante a la insistencia de Dios por buscarle, optó por salir corriendo a su encuentro, como un hijo pródigo anhelando una segunda oportunidad, que esta vez aprovecharía.
Hay dos cosas importantes a rescatar, de este episodio:
1. Jesús fue en su búsqueda: Porque aunque no lo merezcamos su amor es ETERNO, no tiene sombra de variación, su amor por nosotros siempre será el mismo. Pero Él anhela verte en su redil, y por eso te buscará para restaurarte, como buen pastor que busca a las ovejas descarriadas. Pedro, como todos, no merecía tanto, pero el amor de Dios no es de merecer, es porque SIEMPRE HA SIDO, y nunca dejará de ser.
2. La actitud de Pedro ante el encuentro de Jesús: Pedro se dio cuenta que era la oportunidad de reivindicarse, de pedir perdón y tener una nueva oportunidad. Es de imaginar que, cuando le vio, sus ojos se llenaron de lagrimas, que pudo salio corriendo a su encuentro, que se paró frente a Él y no supo qué decir; mientras, su garganta, con un enorme nudo, no le permitía pronunciar palabra, mientras, sus ojos lloraban después de haber hablado más que mil palabras, mientras, su rostro arrepentido seguramente hizo que Jesús le diera un abrazo; abrazo de esos que demuestran TODO el PERDÓN y AMOR que tiene para los suyos...
Qué lindo episodio, lo que todo parecía arruinado fue RESTAURADO POR NUESTRO SEÑOR, porque Él es un Dios de Oportunidades. Hermanos, DIOS ES UN DIOS DE NUEVAS OPORTUNIDADES.
Lo ultimo que Dios querría seria que tú te fueras a tu antigua vida. Él te ama y, con su ETERNO amor te busca porque quiere restaurarte, quiere perdonarte, darte una NUEVA OPORTUNIDAD.
¿Por qué no te bajas de esa barca de vida antigua y corres a su encuentro?, ¿por qué no te ciñes la ropa y vas frente a Él? En su presencia sentirás cómo su AMOR y PERDÓN te alcanzan.
DIOS es un DIOS de NUEVAS OPORTUNIDADES y te quiere dar una NUEVA OPORTUNIDAD.
¿Cómo reaccionarás ante esta NUEVA OPORTUNIDAD que Él te quiere dar?

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