La Cena del Señor fue instituida por Jesús, cuando participó en la cena de la Pascua con Sus discípulos, la noche antes de Su crucifixión (Mateo 26:20-28). En Mateo 28:19, después de la muerte y resurrección de nuestro Señor, Él les dio la Gran Comisión a Sus discípulos de ir por todo el mundo y enseñar Su evangelio. Jesús acompañó la comisión con el mandamiento de bautizar a los nuevos creyentes y enseñarles lo que Él mismo les enseñó.
El bautismo en agua ha sido practicado por la iglesia desde sus comienzos, y el único requisito, como se indicó antes, es que la persona haya recibido al Señor Jesucristo como su Salvador. El bautismo recrea la imagen de la experiencia de la salvación, y es un acto de obediencia a nuestro Señor. Es considerado por muchos eruditos de la Biblia, como el primer paso del discipulado cristiano.
La Cena del Señor es un medio mediante el cual los creyentes en Cristo tienen comunión con su Señor y conmemoran Su muerte, y el bautismo es una importante señal de identificación de los creyentes en Cristo con su muerte y resurrección, primer paso de obediencia a Cristo. Y aquí viene lo realmente importante, alguien que no haya sido bautizado puede ser un creyente, pero todavía no se ha identificado públicamente como tal, y puede que ni siquiera se haya prestado a dar el primer paso de obediencia a Cristo. Quizás esta sea la razón por la que algunas iglesias requieren el bautismo antes de poder participar de la Cena del Señor. Sin embargo, de nuevo, en ninguna parte de las Escrituras se da esta instrucción.
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