jueves, 20 de marzo de 2014

La cabra y el asno - Reflexiones

Una cabra y un asno comían al mismo tiempo en un establo.
La cabra empezó a envidiar al asno porque creía que él estaba mejor alimentado, y le dijo: “Entre la noria para el pozo y la carga, tu vida es un tormento inacabable. Finge un ataque y déjate caer en el foso para que te den unas vacaciones”.
Tomó el asno el consejo, y dejándose caer se lastimó todo el cuerpo. Viéndolo el amo, llamó al veterinario y le pidió un remedio para el pobre asno. El curandero le prescribió que necesitaba una infusión del pulmón de una cabra, pues era muy efectiva para devolver el vigor. Para ello degollaron a la cabra y así curar al asno.
En cualquier plan de maldad, la víctima principal siempre es su propio creador.
-Fábula de Esopo- 

Dios nos creó para ser de bendición a los demás durante nuestro recorrido a este lado del cielo, y cuando optamos por tomar ventaja egoísta de los demás, somos nosotros mismos, al contravenir los propósitos de nuestro Creador y Salvador, quienes nos vemos afectados por nuestras acciones. Aunque la generosidad que mostremos a los demás nos regresa multiplicada por parte de Dios, también toda maldad que hagamos nos será devuelta. Escojamos hoy lo mejor: bendecir en abundancia a quienes Dios ha colocado a nuestro alrededor.
Porque ¿de qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Marcos 8:36-37

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