jueves, 20 de marzo de 2014

A eso




A eso de caer y volver a levantarte,
de fracasar y volver a comenzar,
de seguir un camino y tener que torcerlo,
de encontrar el dolor y tener que afrontarlo.
A eso..., no le llames adversidad, llámale
Sabiduría

A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente,
de fijarte una meta y tener que seguir otra,
de huir de una prueba y tener que encararla,
de planear un vuelo y tener que recortarlo,
de aspirar y no poder,
de querer y no saber,
de avanzar y no llegar.
A eso..., no le llames castigo, llámale
Enseñanza

A eso de pasar juntos días radiantes,
días felices y días tristes,
días de soledad y días de compañía.
A eso..., no le llames rutina, llámale
Experiencia

A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan,
 tu cerebro funcione y tus manos trabajen,
 tu alma irradie, tu sensibilidad sienta, y tu corazón ame.
A eso..., no le llames poder humano, llámale
Milagro Divino

A eso de que tus ojos estén leyendo este escrito 
y que tengas tiempo para disfrutarlo, 
que escuches una melodía 
y tengas la sensación de que el corazón se ensancha…
A eso..., no le llames casualidad, llámale
AMOR DE DIOS

DIOS llega a donde quiere llegar y  como sabe que
necesitas escritos como este, Él te lo hizo llegar a través de mí.

Nunca dudes de que DIOS siempre te hará llegar
lo que realmente necesitas.
 

“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta.
¿No valen ustedes mucho más que ellas?
¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”  Mateo 6:25-27


Bendiciones 

Fdo. M. Gayo                                          

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