jueves, 27 de marzo de 2014

El Jefe perfecto

Había alrededor de 70 científicos trabajando en un intenso proyecto. Todos estaban verdaderamente frustrados debido a la presión del trabajo y las demandas de su jefe, pero se mantenían leales a él y no pensaron en abandonar sus trabajos.
Un día, un científico se acercó al jefe y le dijo: “Señor, le prometí a mis hijos que les llevaría a la exhibición en el pueblo, así que quiero salir a las 5:30 PM”. Su jefe contestó: “Está bien, puedes irte temprano hoy”.
El científico comenzó a trabajar. Continuó trabajando después del almuerzo. Como siempre, se involucró tanto, que sólo miró su reloj cuando sintió que estaba acabando la jornada. La hora era 8:30 PM. De repente recordó la promesa hecha a sus hijos.
Buscó a su jefe pero no estaba por allí. Habiéndoselo notificado por la mañana, cerró todo y se fue para su casa. En lo profundo de su ser se sentía culpable de hacerle fallado a sus hijos, y cuando llegó a casa ya no estaban.
Su esposa estaba sentada en el pasillo leyendo revistas. La situación era explosiva; cualquier conversación podría tener un efecto boomerang. Su esposa le preguntó: “¿Quieres tomar café o tienes hambre y cenas?”
El hombre respondió: “Si tú vas a tomar tomar café, yo también… pero, ¿dónde están los niños?” Su esposa contestó: “¿No lo sabes? Tu jefe llegó aquí a las 5:15 PM y se llevó a las niños a la exhibición”.
Lo que pasó fue lo siguiente: El jefe, que le había dado permiso, le observaba trabajar con mucha seriedad a las 5.00 PM., y pensó para sí: esta persona no va a dejar su trabajo, pero si se lo prometió a sus hijos, ellos deberían disfrutar de la visita a la exhibición. Así que tomó la iniciativa de llevarles a la exhibición.
El jefe no tenía que hacerlo siempre. pero una vez hecho, se estableció la lealtad. Esa es la razón por la que todos los científicos en la empresa continúan trabajando para ese jefe, a pesar de que el estrés es tremendo.
De paso, ¿adivinan quién era el jefe?  No era otro que el cerebro de los exitosos programas de proyectiles y armas nucleares de la India.
Antes de que algunos puedan pensar que la aplicación de este pensamiento queda comprometida por las diferencias culturales, debemos resaltar que los principios de lealtad y solidaridad que la narración plantea, son de carácter universales.
A veces nos preguntamos por qué los miembros del equipo no parecen rendir lo suficiente o identificarse más con la misión, y tal vez la razón sea que los demás perciben nuestra falta de compromiso. Tal vez este supervisor indio tenga mucho que decirnos hoy… pongamos atención.

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