viernes, 28 de febrero de 2014

¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas? - Preguntas bíblicas

Esta pregunta precisa para responderla, en primer lugar, saber diferenciar entre denominaciones dentro del cuerpo de Cristo, y sectas y falsas religiones no cristianas. Los Presbiterianos y Luteranos, son denominaciones cristianas; sin embargo, los Mormones y Testigos de Jehová son sectas (grupos que aseguran ser cristianos, pero niegan uno o más de los puntos esenciales de la fe cristiana).
El surgimiento de las denominaciones dentro de la fe cristiana, viene desde la Reforma Protestante. El movimiento de “Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante el siglo XVI, dio origen, por separación, a las cuatro divisiones o tradiciones mayores del protestantismo: Luterana, Reformada, Anabaptista, y Anglicana. 
A través de los siglos, de estas cuatro ramas surgieron otras denominaciones. 
La denominación Luterana fue nombrada así por Martín Lutero y está basada en sus enseñanzas
Los Metodistas tomaron el nombre de su fundador, John Wesley, famoso por elaborar “métodos” para el crecimiento espiritual. 
Los Presbiterianos fueron llamados así por su visión sobre el liderazgo de la iglesia, la palabra griega para anciano es presbíteros. 
Los Bautistas tomaron este nombre, porque ellos siempre enfatizaron la importancia del bautismo. 
Cada denominación tiene algunos énfasis o diferencias doctrinales unas de las otras, tales como: el método del bautismo, la disponibilidad de la cena del Señor para todos o sólo para aquellos cuyos testimonios puedan ser verificados por los líderes de la iglesia, la soberanía de Dios y el libre albedrío en lo referente a la salvación, el futuro de Israel y la iglesia, el papel que juegan las obras en la salvación, el arrebatamiento pre-tribulacionista y el post-tribulacionista, la existencia de dones de “milagros” en la era moderna,... y la lista puede seguir y seguir. La disyuntiva principal de estas divisiones nunca es Jesucristo como Señor y Salvador, sino más bien, diferencias de opinión de gente piadosa aunque imperfecta, que buscan honrar a Dios y retener la pureza doctrinal, de acuerdo a sus conciencias y a su comprensión de la Palabra.

En la actualidad, las denominaciones son muchas y variadas. Las principales denominaciones originales arriba mencionadas, han producido numerosas ramas como las Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, los Nazarenos, Evangélicos Liberales, iglesias Bíblicas independientes y otras. Algunas denominaciones enfatizan ligeras diferencias doctrinales, pero otras con más frecuencia, simplemente ofrecen estilos diferentes de adoración, adecuados a los diferentes gustos y preferencias de los cristianos. Pero no nos equivoquemos. Nosotros, como creyentes, debemos ser de una mente basada
 en la fe, aunque haya una gran variedad de formas en las que un cristiano debe adorar en una congregación. Esta libertad es la que causa los diferentes “colores” de la cristiandad. Por ejemplo, la iglesia Presbiteriana de Mbale, Uganda, tiene un estilo de adoración muy diferente de la Iglesia Presbiteriana de Denver, pero su base doctrinal es la misma. La diversidad es algo bueno, sí, pero no la desunión. Si dos iglesias difieren doctrinalmente, se puede convocar a un debate y diálogo sobre la Palabra. Esta acción de “hierro con hierro se aguza…” (Proverbios 27:17) es beneficiosa para todos. Sin embargo, si finalmente hay un desacuerdo sobre estilo y forma, está bien que permanezcan separadas. Aunque esta separación, no exime de la responsabilidad que tienen los cristianos de amarse unos a otros (1 Juan 4:11-12) y finalmente permanecer unidos como uno en Cristo (Juan 17:21-22).


Cuando busque una iglesia, el creyente debe comenzar por revisar su Declaración de Fe. Lo que la iglesia crea y practique debe coincidir con las doctrinas y la fe descritas en la Biblia. Lo que debemos estar buscando es un cuerpo de creyentes donde sea afirmada la suficiencia de las Escrituras, donde podamos crecer en nuestra relación con el Señor, donde podamos ministrar al cuerpo de creyentes con nuestros dones espirituales, propagando el Evangelio y glorificando a Dios. La iglesia es importante, y todos los creyentes necesitan pertenecer al cuerpo que se ajuste al criterio antes descrito. Necesitamos relaciones que sólo pueden ser encontradas en el cuerpo de creyentes, necesitamos el apoyo que sólo la iglesia puede ofrecer, y necesitamos servir a Dios, tanto en comunidad como individualmente.



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