A veces escuchamos a los jóvenes decir que los mandamientos han pasado de moda. Pero, por el contrario, Dios nos entregó sus estatutos para que podamos vivir de manera fructífera, y con ellos alcanzar la verdadera realización en nuestra vida. Estos mandatos implican ciertos límites para el ser humano, definiendo lo que Le debe agradar y lo que no, y cumpliéndolos podremos vivir una vida de acuerdo a Su diseño.
Por ejemplo, a muchos jóvenes les cuesta cumplir con el mandamiento de no fornicar; muchos de ellos se dejan llevar por sus emociones argumentando que es muy difícil cumplirlo, ya que reciben una gran presión por parte de la sociedad que les insta a hacer lo que todo el mundo hace.
Quizá pienses que es muy difícil seguir los mandatos que Dios nos ha dado, pero cuando realmente le amas, obedecerle no resulta nada gravoso. La obediencia a la Palabra de Dios siempre traerá bendición a tu vida, pero implica renuncias y decisiones valientes. ¿Cómo quieres vivir tu vida?, ¿a tu manera, o respetando los mandatos de Dios? Él nos hizo libres, con capacidad de tomar nuestras propias decisiones, pero al mismo tiempo nos dio su diseño para que podamos vivir de manera que se contente con nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario