La Oración reflexiva, no mecánica
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. Mateo 6:7-15
Las vanas repeticiones son frases sin significado repetidas mecánicamente. Repiten, repiten y repiten monótonamente las mismas palabras y frases pensando que así serán oídos.
Comunicándonos con el Padre.
Reconocemos a Dios como nuestro Padre y le alabamos por su amor, por su bondad y misericordia, y por todo lo que deseemos expresarle. ¿Por qué cosas alabarías a Dios?
Oramos buscando la voluntad de Dios en todas las cosas, porque Él tiene buenos deseos para nosotros. No quiere que fracasemos por tomar decisiones apresuradas o impulsivas. Su voluntad es buena y perfecta, aun cuando no sea como nosotros lo esperamos.
Ora pidiéndole a Dios que Él haga su voluntad en todas tus cosas y acéptala. Y renuncia a todo lo que Él no quiera para tu vida.
Preséntale a Dios tus necesidades específicas en el trabajo, estudio, familia, proyectos, etc.
¿Eres específico en tus pedidos?
Oramos reconociendo nuestros pecados y pidiendo perdón por ellos. Y oramos también para perdonar las ofensas que nos vienen de otras personas. Si no perdonamos a otros, Dios no nos perdonará a nosotros.
Oramos en el nombre de Jesús para ser librados del maligno y para ser guardados y protegidos por Dios.
Tómate un tiempo también para agradecerle a Dios por todas las bendiciones recibidas.
Anota todas las bendiciones que tienes de Dios y todo lo que Él ha hecho con tu vida y que continúa haciendo, y después dale gracias por cada una de ellas.
A orar se aprende orando, no repitiendo frases hechas y aprendidas de memoria.
Exprésale a Dios todo lo que hay en tu corazón. Él quiere escucharte y bendecirte.
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