Algo lamentable de ver es que muchas personas han perdido la perspectiva de sus sueños. Preguntando a alguien cercano a mí, de edad avanzada, pude percibir que tal vez la mayoría de las personas adultas han perdido sus sueños, porque creen que ya no existe más esperanza y se quedan a esperar su muerte. Han abandonado aquello por lo que luchaban, posiblemente algunos alcanzaron su meta y se quedaron ahí.
Algunos jóvenes con los que puedo conversar tienen sueños, pero no tienen ningún ánimo de cumplirlos porque creen no sentir el apoyo de nadie, porque no creen ser capaces de hacerlo, o porque el temor y la inseguridad les están deteniendo.
No me equivoco al decir que todos en alguna ocasión hemos soñado con algo grande, que nadie elude esos minutos en los que imaginamos todo lo que podemos alcanzar. Dios permite que soñemos para que no nos conformemos con nuestra situación actual, para que no no nos resignemos a ver solamente con nuestros ojos físicos, sino que perseveremos hasta ver las grandes cosas que podemos lograr; pues así como nuestra mente, entendimiento y fortaleza son nuevos cada día, nuestros sueños también son renovados para no ser nosotros presas de la rutina y el conformismo, sino que comencemos a creer verdaderamente que sólo nosotros nos ponemos límites.
Si algo no te fue propicio aún, no tienes por qué darte por vencido(a). Hay quienes se excusan tras la frase “por algo suceden las cosas”. Pero debes dejar de ser conformista y no permitir que tus sueños se desvanezcan.
“Prosperarás en todo lo que decidas hacer y la luz brillará delante de ti en el camino.” Job 22:28
Si estás anhelando lograr algo, comienza dando todo de tu parte, empieza por hacer lo que sea para lograrlo, da lo mejor de ti. Dios puso sueños en ti, en consecuencia comienza a trabajar para hacerlos reales; no importa tu edad, tu oficio, no existen límites para lograr lo que deseas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario