Piensa en las cosas que te hacen feliz,
no en lo que te entristece.
Medita en la bondad del alma
humana,
no en los vicias que la
envilecen.
Considera las cosas buenas de
que gozas;
no repares en las privaciones.
Admira las virtudes de tus
amigos,
y hazte el ciego a sus
limitaciones.
Ten en cuenta lo que rinden
tus negocios
en lugar de lamentarte de tus
pérdidas.
Considera lo bueno que se habla de ti y
desoye agravios e
impertinencias.
Da gracias por los días de salud
y ventura
en vez de amargarte por los
reveses.
Alégrate de la vida y de la
luz del sol;
no te quejes cada vez que
llueve.
Llena de esperanza tus
pensamientos y
desecha la duda en cuanto al
futuro.
Mira cuántos tesoros has encontrado,
olvida los que quedaron
ocultos.
Preocúpate por el servicio que
prestas,
y no por lo que mejor te
acomoda.
Piensa en la felicidad ajena,
¡así será como hallarás la
propia!
Por lo demás hermanos
“Todo lo que es verdadero,
todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre,
si hay virtud alguna, si hay
algo digno de alabanza,
EN ESTO PENSAD”
Fdo.: M.G.L.
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