Un militar llegó a un pueblo para reclutar jóvenes para su pelotón; como era famoso en todo el mundo, todos querían formar parte de su grupo. Para no excluir a nadie, el sargento se aseguró de invitar a todos a participar en una carrera de obstáculos y los que finalizaran, serían los escogidos para formar parte de su pelotón.
Al día siguiente, casi todos los jóvenes del pueblo se presentaron en el sitio indicado para la carrera, pero al observar los obstáculos que tenían que superar, muchos se desalentaron y desistieron antes de comenzar; algunos otros se quedaron a mitad del camino, y otros llegaron casi hasta al final, pero presionados por el tiempo se rindieron sin acabar.
Al final sólo 5 jóvenes terminaron la carrera, ni siquiera llegaba a ser el 10% del número de jóvenes que se habían presentado en un principio; entonces, el sargento se dirigió a sus nuevos soldados y les dijo: “el objetivo de la carrera no era conocer quién era el más fuerte, el más rápido o el más ágil, mi objetivo era conocer quiénes realmente querían formar parte de mi grupo, porque no sólo contaba lo que ustedes me dijeran, sino el compromiso que hicieran con el corazón”.
Así, los últimos serán primeros; y los primeros, últimos; porque muchos son llamados, más pocos escogidos. Mateo 20:16 Versión Reina-Valera 1977.
Las situaciones difíciles de la vida, como robos, inseguridad, pérdida de seres queridos, enfermedades, dolor, son pruebas de fuego que permite el Señor para conocer, si la entrega que hemos hecho ante Él ha sido de palabra o de corazón; si ha sido de corazón, aunque pasemos por aguas turbulentas y llamas de fuego, nuestro amor a Dios seguirá allí; pero, si por el contrario ha sido de palabra, fácilmente sucumbiremos en la prueba y nos rendiremos.Job fue un hombre próspero, de buenas costumbres y fiel al Señor; luego padeció muchas situaciones desafortunadas, que le llevaron a mucha amargura y dolor, tanto, como para desear incluso no haber nacido nunca; pero después de su aflicción, el Señor mismo se le reveló y respondió a todas sus quejas. Job, con humildad, se arrepintió y reconoció que antes conocía a Dios a través de lo que había escuchado de otros, pero ahora, después de sus problemas, había tenido un encuentro personal con Él; “de oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven. Job 42:5 Versión Reina-Valera 1960”. Las pruebas sacan a relucir lo que realmente hay en nuestro corazón, que muchas veces desconocemos; de esta forma maduramos y ese crecimiento nos acerca más a Dios.
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