Cuatro Velas se estaban consumiendo lentamente
El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.
La primera dijo:
-¡Yo Soy la Paz! A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.
-¡Yo me llamo Fe! Desgraciadamente soy superflua para las personas, porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y se apagó. En voz baja y triste, la tercera vela se manifestó:
¡Yo Soy el Amor! No tengo más fuerzas para seguir ardiendo. Las personas me dejan de lado porque sólo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellos que están a su alrededor.
Y también se apagó. De repente, entró una niña y vio las tres velas apagadas. -¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final.
Entonces la cuarta vela, habló:
-No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida, podemos encender las otras velas. Entonces, la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió nuevamente las que estaban
apagadas.
¡Que la vela de la Esperanza nunca se apague dentro de nosotros! |
Nuestro objetivo como Iglesia es llevar a la gente a la fe en Jesús e integrarla en la familia de Dios. Y que nuestro carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena obra.
viernes, 12 de abril de 2013
Las cuatro velas - Reflexión de esperanza - Vídeo
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