domingo, 8 de diciembre de 2013

Tormentas - Reflexiones

Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar en la Naturaleza para que, según él, le rindieran mejor sus cosechas. 
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces, cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba esplendorosamente; si necesitaba más agua, llovía más regularmente, etc.
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y molesto, le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Y Dios le contestó: 
– “Tú pediste lo que quisiste, pero no lo que convenía de verdad. Nunca pediste tormentas, y estas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consumen, purificarla de plagas que la destruyen…”-
Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea siempre puro amor y dulzura, nada de problemas.
Pero debes saber que el optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas y no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, que las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.


En consecuencia, hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerle comprender cuánto se ha preocupado por menudencias, por chubascos pasajeros.
LO IMPORTANTE NO ES HUIR DE LAS TORMENTAS, SINO TENER FE Y CONFIANZA EN QUE PRONTO PASARÁN Y NOS DEJARÁN ALGO BUENO EN NUESTRAS VIDAS.
Habacuc 3:17-19
Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza… y me hará andar sobre alturas.
Nahúm 1:7
Bueno es Dios para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a
 los que en él confían.
Salmos 9:9
Y será Dios refugio al pobre, Refugio para el tiempo de angustia.

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