Quédate en silencio …
Nada te turbe
Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Sólo Dios basta.
Santa Teresa de Avila (1515-1582)
Nada te turbe, nada te espante:
Quien a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante:
Sólo Dios basta.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante:
Sólo Dios basta.
Todo se pasa, Dios no se muda,
La paciencia todo lo alcanza.
La paciencia todo lo alcanza.
Hay demasiados “ruidos” en ti …
… “escucha” en lo profundo de tu ser …
… “escucha” en lo profundo de tu ser …
Hay demasiadas “preocupaciones”
en tu mente …
… y demasiado “peso” en tu corazón …
… “escucha” en lo profundo de tu ser …
… quédate a solas …
… “escucha” en lo profundo de tu ser …
… entra en tu “aposento” …
… entra en tu “aposento” …
… “escucha” en lo profundo de tu ser …
“El Señor está aquí y te llama …”
“El Señor está aquí y te llama …”
… te ama y te espera …
… “escúchale” en lo más profundo de tu ser
“Quédate en silencio delante del Señor …”
Olvida tus palabras,
olvida tus recuerdos,
tus peticiones, tus proyectos;
mírale,
escúchale sin que tus voces interiores te distraigan.
Quédate en paz ante Él,
abandona en Él
toda turbación, todo cuidado, toda preocupación,
olvídalo todo.
Quédate sin ataduras,
libre de tus deseos,
pobre como la madera muerta en invierno,
vacía de todo cuanto no sea Él.
Quédate sola,
sin nadie más en tu corazón
que ninguna criatura
se interponga entre vuestras miradas.
Quédate sin quejas,
sin estorbos,
sin “huéspedes” extraños,
sin nada que no sea Él.
Quédate entera, sin más recuerdo que Dios,
sin buscar consuelos humanos,
“sepultada” con Él y en Él,
desapareciendo tú
para hacerte don en su corazón.
Quédate sin tristezas,
sin resentimientos,
sin orgullo,
sin falsas imágenes de ti misma.
“Quédate en silencio
delante del Señor …”
“Quédate en silencio …”
“Quédate…”
“Quédate en silencio
delante del Señor …”
(Salmo 37,7)
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