miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo? - Preguntas bíblicas

El bautismo del Espíritu Santo puede ser definido como la obra mediante la cual el Espíritu de Dios coloca al creyente, en el momento de la salvación, en unión con Cristo y en unión con otros creyentes en el Cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12:12-13 y Romanos 6:1-4 son los pasajes centrales de la Biblia donde encontramos esta doctrina. 1 Corintios 12:13 dice, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” Romanos 6:1-4 dice: “¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” Aunque Romanos 6 no menciona específicamente el Espíritu de Dios, sí describe a los creyentes posicionalmente delante de Dios y 1 Corintios 12 nos dice cómo sucede esto.

Son necesarios tres factores para buscar aquello que nos ayude a concretar nuestra comprensión del bautismo del Espíritu. Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido bautizados, así como que también se nos dio a beber de un mismo Espíritu (la morada del Espíritu). Segundo, en ninguna parte de la Escritura se exhorta a los creyentes a ser bautizados con/en/por el Espíritu. Esto indica que todos los creyentes deben experimentar este ministerio. Por último, Efesios 4:5 parece referirse al bautismo del Espíritu. Si este es el caso, el bautismo del Espíritu es una realidad en cada creyente, al igual que lo son “una fe” y “un Padre.”

En conclusión, el bautismo del Espíritu Santo hace dos cosas: 

(1) nos une al Cuerpo de Cristo, y 
(2) realiza nuestra co-crucifixión con Cristo. 
Estar en Su cuerpo significa que somos resucitados con Él a una vida nueva (Romanos 6:4). Debemos, entonces, ejercitar nuestros dones espirituales para mantener funcionando ese cuerpo apropiadamente, como se nos dice en el contexto de 1 Corintios 12:13. Experimentar el bautismo de un mismo Espíritu sirve como base para guardar la unidad en la iglesia, como está en el contexto de Efesios 4:5. Estar asociados con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección a través del bautismo del Espíritu, establece las bases para ser conscientes de nuestra separación del poder perseverante del pecado y nuestro caminar en una vida nueva (Romanos 6:1-10, Colosenses 2:12).


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