viernes, 20 de diciembre de 2013

Cuán grande es Dios – Meditación


Hoy, viajando en un autobús vi una hermosa muchacha con cabello de oro, y expresión de alegría; envidié su hermosura.  
Al bajarse, la vi cojear. Tenía sólo una pierna, y
apoyada en su muleta, sonreía.
 
PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
TENGO DOS PIERNAS Y EL MUNDO ES MÍO

Fui después a comprar unos dulces. Me atendió un muchacho encantador. Hablé con él; parecía tan contento que aunque se me hubiera hecho tarde no me hubiera importado, ya que al salir, oí que decía:
Gracias por charlar conmigo... es Usted tan amable,
es un placer hablar con gente como usted...  
Ya ve, soy ciego.

PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
PUEDO VER Y EL MUNDO ES MÍO

Más tarde, caminando por la calle vi a un pequeño de ojos azules,
que miraba jugar a otros niños sin saber qué hacer. Me acerqué y le
pregunté: ¿Por qué no juegas con ellos? Siguió mirando hacia delante
sin decir una palabra... entonces comprendí que no escuchaba.
 
PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
YO PUEDO ESCUCHAR Y EL MUNDO ES MÍO

Tengo piernas para ir a dónde quiero...
Ojos para ver los colores del atardecer...
Oídos para escuchar las cosas que me dicen.
 
PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
LO TENGO TODO Y EL MUNDO ES MÍO

... NO LE DIGAS A DIOS CUÁN GRANDE ES TU PROBLEMA...
DILE A TU PROBLEMA ¡CUÁN GRANDE ES TU DIOS!

Si no es verdad, ni bueno,
ni necesario, sepúltalo en el
olvido; de lo contrario
compártelo con alguien que quiera saber
¡cuán grande es Dios!
Fdo: M.G.L.

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