martes, 3 de diciembre de 2013

Carta de Dios – Meditación

¿Le oímos a Él? ¿Estamos propensos a escucharle cuando nos habla? ¿Pensamos en Él? A veces se demora, pero es que está trabajando. Puede que no le oigamos porque no estamos cerca del Señor, pero Él siempre está cerca de nosotros. Confiemos siempre en su respuesta, y pensemos que su tiempo no es el nuestro. ¡Esperemos en Él y confiemos! Aquello que esperas llegará.

Él decía:
Mientras te levantabas esta mañana, 
yo te observaba. Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas pocas palabras preguntando mi opinión acerca de algún tema o agradeciéndome por algo bueno que te hubiese sucedido el día de ayer. Pero noté que estabas muy ocupado...buscando la ropa adecuada que te ibas a poner para ir al trabajo. Seguía esperando mientras corrías por la casa arreglándote; creí que encontrarías unos cuantos minutos para detenerte y decirme ¡hola!, pero estabas demasiado ocupado... Para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti, lo llené de colores y dulces cantos de pájaros... pero ni siquiera te diste cuenta de ello. Te miré mientras te ibas al trabajo y esperé pacientemente todo el día.

Con tantas actividades supongo... que estabas muy ocupado para decirme algo. De regreso, vi tu cansancio, quise rociarte para que el agua se llevara todo tu estrés. Pensé que agradándote te acordarías de mi. Sin embargo, enfurecido, ofendiste mi nombre. Deseaba tanto que me hablaras... aún quedaba bastante tiempo. Después encendiste el televisor. Esperé pacientemente mientras mirabas tu programa favorito, luego cenaste y nuevamente te olvidaste de hablar conmigo. Te noté cansado, entendí tu silencio y apagué el resplandor del cielo pero no te dejé a oscuras. Lo cambié por un lucero...en verdad fue hermoso, pero no estuviste interesado en verlo.

A la hora de dormir creo que ya estabas agotado. Dijiste... "buenas noches", a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste. Acompañé con música tus sueños. Mis animales nocturnos se lucieron.  No hay problema... porque quizás no te des cuenta que siempre estoy ahí para ti. Tengo más paciencia de la que te imaginas.

Quisiera enseñártela para que puedas tenerla con los demás.
Te amo tanto que espero todos los días por una oración, y el paisaje que diseño cada amanecer es para ti. 
Bueno... te estás levantando otra vez, y no me queda otra cosa que entregarte todo el amor que siento por ti y continuar esperando, que al menos el día de hoy me dediques sólo... un poco de tiempo.

Que tengas un buen día...

Tu papá: Dios

PD ¿Tendrás tiempo para compartir esto con otra persona...? ¿o estás muy ocupado...?


Fdo.: M.G.L.

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