Mientras la observaba, sin saber de dónde, apareció otra lagartija con alimento en su boca.
El hombre quedó aturdido y emocionado al mismo tiempo. ¡Otra lagartija la había estado alimentando durante días, semanas o meses; durante todo el tiempo que había permanecido clavada en la pared!
El hombre quedó aturdido y emocionado al mismo tiempo. ¡Otra lagartija la había estado alimentando durante días, semanas o meses; durante todo el tiempo que había permanecido clavada en la pared!
La pequeña lagartija atrapada fue alimentada por la otra, incansablemente, sin perder la esperanza en su compañera. ¡Esto era Amor!
Todos conocemos a personas que, como la lagartija que quedó atrapada, están durante meses o años en una situación difícil. Podrían estar cautivos por deudas, vicios, problemas familiares u otras cosas más. Sin pensar en la situación que están atravesando, nuestro deber es estar a su lado, llevarles alimento, palabras de aliento, animarles a seguir y recordarles que Dios tiene grandes cosas para ellos a pesar de sus circunstancias.
“Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios”. Hebreos 13:16
De la misma manera, Dios siempre cuida de nosotros. Sin importar lo que estemos pasando, la prueba que debemos vencer, siempre nos envía a alguien para que nos ayude, para que nos consuele, anime y nos recuerde que su amor es infinito y que va mucho más allá de las circunstancias. Él tiene cuidado de nosotros.
No cierres tus ojos ni desvíes tu mirada de los necesitados. ¡Muéstrales el amor de Dios!
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