Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se
lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Mateo 19.14
Con los años vamos perdiendo la inocencia, que no es otra cosa que la
sabiduría que nos regaló Dios.
Primera historia
Al autor y orador
Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado en un concurso. El propósito del mismo era encontrar al niño más cariñoso.
El ganador fue un
niño de 4 años, vecino de un anciano cuya esposa había fallecido recientemente.
El niño, al ver al
anciano llorar en el patio de su casa, se acercó y se sentó en su regazo.
Cuando su mamá le
preguntó qué le había dicho al vecino, el niño
le contestó...
"Nada, sólo
le ayudé a llorar".
Segunda historia
La maestra Debbie
Moon estaba estudiando con su grupo de primer grado la pintura de una familia. En la pintura había
un niño que tenía el cabello de color diferente al del resto de los miembros de
la familia. Uno de los niños
del grupo sugirió que el niño de la
pintura era adoptado.
Entonces, una niña
del grupo le dijo: "Yo sé todo
de adopciones porque soy adoptada".
“¿Qué significa
ser adoptado?", preguntó otro niño.
Significa“ - dijo la niña – , "que tú
creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre".
Tercera historia
Jamie estaba
intentando ser parte de una obra en la
escuela. Su mamá contaba que
el niño había puesto su corazón en ello y
ella temía que no fuera elegido.
El día que las
partes de la obra fueron repartidas, yo estaba en la escuela. Jamie salió
corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y
emoción.
"Adivina
qué mamá" , gritó, y luego dijo unas palabras que
permanecerán siempre como una lección para mí:
“He sido elegido
para aplaudir y
animar".
Cuarta historia
Un niño de 10 años
estaba parado frente a una tienda de zapatos en una calle, descalzo, mirando a
través del cristal y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le
dijo:"Mi pequeño amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en ese escaparate?"
"Le estaba
pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos", fue la respuesta del niño.
La señora le tomó
de la mano y entraron en la tienda. Le pidió al empleado media docena de pares
de calcetines para el niño. Y le preguntó si podía
darle un recipiente con agua y una toalla.
El empleado le trajo lo que pidió, y ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda, le lavó los pies y se los
secó.
Para entonces el
empleado llegó con los calcetines.
La señora le puso
un par al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines
y se los dio al niño. Le acarició la cabeza y le dijo:
“¡No hay duda, pequeño amigo, que te sientes
mas cómodo ahora!"
Cuando ella se daba la
vuelta para irse, el niño le agarró la mano y mirándola con lágrimas en los
ojos, le preguntó:
“¿Es usted la
esposa de Dios?"
Recuerda decir
"Gracias"... Gracias Señor, por tus bendiciones…
¡Ojalá no perdamos
nunca la inocencia!
¡Que pases un
grandioso día!
Fdo.: M.G.L.
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