Es normal que el temor se apodere de nosotros y dejemos que pensamientos de fracaso se adueñen de nuestros sueños.
Tal vez no te animes a salir de tu ciudad, a comenzar una carrera, a alejarte de una persona, a tomar una decisión definitiva o dar oportunidades a otras personas para que entren en tu vida,... y todo por miedo al fracaso, a caer, a equivocarte... Por ello puedes quedarte aparentemente solo/a, puedes sufrir.
Pero no sólo debes dejar a Dios tus metas, sueños y anhelos, sino también tus miedos, con el fin de que estos se conviertan en certezas y puedas agarrarte de las armas que Dios te dio para mantenerte de pie: sabiduría, confianza en ti mismo (a) y fortaleza, para que cuando llegue el momento de cambiar no caigas.
Dios te dice: ”Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal”. Proverbios 1:33
No temas más, agárrate a cada una de las promesas de Dios y camina por fe y en victoria, pues, al igual que con Josué, Dios te respaldará: “¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.” Josué 1:9
Cada tropiezo no es una derrota, es una lección, no temas caer pues tienes un Padre que te sostiene.
Hoy es el día, ponte en manos de Dios y toma la decisión, arriésgate, camina y cumple lo que has soñado. No estás solo/a.
Al igual que el ave no tiene miedo de que la rama se rompa cuando se posa en ella, porque sabe que tiene alas para volar y no caerá, tú tienes a Dios que no sólo te dará las alas para volar, sino que lo hará contigo.
“No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte.” Jeremías 1:8
Deja el temor de lado y comienza a vivir.
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