Pero un día, aquella mujer, dispuesta a hacer lo que fuera para que José cayera en sus garras, le quitó la ropa y quiso acostarse con él, mas José fue sabio y huyó del lugar.
¿Imaginas qué hubiera pasado si José se hubiera quedado a luchar contra la tentación? Seguramente habría sucumbido a la misma, pero él, conociendo sus propias limitaciones, simplemente huyó.
“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, como los que de corazón limpio invocan al Señor”. 2 Timoteo 2:22
La Palabra no nos dice que luchemos contra la tentación, sino que lisa y llanamente huyamos de ella. En otros casos la Biblia nos indica que debemos luchar, pero en esta oportunidad específica nos dice que debemos huir, especialmente de las tentaciones sexuales.
Muchos jóvenes están luchando contra sus deseos carnales, porque la televisión, revistas e Internet les instan a comenzar su vida sexual mucho antes de lo adecuado y sin el compromiso del matrimonio. Parecen seguir el principio de "si todos lo hacen, ¿por qué yo no debo hacerlo?"
El sexo antes del matrimonio se ha vuelto muy normal en estos tiempos, y muchos jóvenes buscan disfrutar el momento sin darse cuenta que se hacen daño a sí mismos. Sin embargo, el sexo en sí mismo no es malo pues Dios lo creó para ser disfrutado, pero dentro del ámbito matrimonial.
Y las relaciones prematrimoniales o extramaritales no sólo constituyen un pecado, sino que además nos exponen a embarazos no deseados, a abortos, a enfermedades de transmisión sexual y demás consecuencias de estos actos.
Solución: "la abstinencia". Esta es la mejor solución para todos estos males, salva las vidas de los bebés, da el valor adecuado a las relaciones sexuales y lo más importante, honra a Dios. ¿Cómo?, diciendo no cuando otros dicen sí, buscando en primer lugar agradarle a Él antes de plegarse a la corriente del mundo.
José podría haberse dejado seducir por la esposa de Potifar, sin embargo prefirió la abstinencia por obediencia a Dios, quien muy pronto recompensó su fidelidad.
Y tú, ¿estás dispuesto a esperar hasta el matrimonio? Si ves que caes una y otra vez en las mismas tentaciones, ¿no será tiempo de imitar a José y huir sabiamente de ellas?
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