La palabra nos habla a través de Ezequiel capítulo 37, sobre un valle de huesos secos, y Dios le dice a él que profetice sobre ellos. En la actualidad podemos aplicar esta palabra a nuestra vida, a la iglesia de hoy, tomando como propio el hecho de profetizar, porque aunque no tengamos el llamado podemos hacerlo.
Todo lo que esté muerto en tu vida, lo que esté seco, lo que esté sin espíritu, puede revivir en el nombre de Jesús, porque Él es el poder de la vida y de la muerte.
Así que puedes hacerlo en el orden de Dios, ya sea tu situación económica, tu familia, tu matrimonio o tu ministerio; sea lo que sea profetiza sobre esa sequedad, porque Cristo vino para darnos vida y vida en abundancia.
porque voy a hacer que corra agua en el desierto,
arroyos en la tierra seca.
Yo daré nueva vida a tus descendientes,
les enviaré mi bendición. Isaías 44:3
arroyos en la tierra seca.
Yo daré nueva vida a tus descendientes,
les enviaré mi bendición. Isaías 44:3
No temas si te encuentras en ese valle de lágrimas de soledad, de sequía, porque el que cree en Jesucristo de su interior brotan ríos de Agua viva. Sólo tienes que confiar y tener la seguridad precisa para profetizar la bendición de Dios sobre tu vida, bendición que no añade tristeza.
Oremos para que reviva lo que está seco, para que aunque sintamos debilidad y estemos pasando por el peor de los desiertos, recordemos que Dios es experto en hacer cosas nuevas, en resucitar muertos y en levantarnos con su mano Poderosa.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23:4
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23:4
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