“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12 (Reina-Valera)
Las consecuencias de mis pecados me habían alcanzado. No solamente mi conciencia me condenaba, sino que el abuso en el consumo de alcohol afectó a mi mente, mis nervios y cuerpo. El diagnostico que me dieron no era nada alentador; muy por el contrario, significaba un enorme peso sobre mis hombros. Los días eran oscuros y sin esperanza. Era atormentado por el enemigo día y noche. No podía ver la salida, pero Jesús apareció. Clamé a Él, le confesé mis pecados y me salvó; después me tomó de la mano y Su Espíritu Santo alumbró mi camino para ser restaurado y vivir Su sueño. Él tenía preparado lo mejor para mí, aunque en mi dolor yo no lo alcanzaba a ver. No solamente me salvó, sino que me regaló una nueva vida que jamás imaginé.
Para Jesús no existen casos imposibles, ¡qué va!, son su especialidad. Él llega hasta los lugares más oscuros para rescatar a los que están cautivos. Él es la salud que el enfermo necesita, la cordura para los que son atormentados, la paz para el que vive instalado en el caos, la libertad para los que están en esclavitud. Él es el único que puede derrotar con autoridad al diablo. Las tinieblas conocen Su nombre y tiemblan ante Él.
La salvación y plenitud de la humanidad tenían un precio y Jesús lo pagó. Lo pagó para que todo aquel que se encuentre atado al pecado, cautivo, peleando por ser restaurado, enfermo o atormentado por las tinieblas, en el momento de clamar a Él sea salvo. Isaías 54:4-5
Solamente en el Hijo de DIOS existe salvación. Así lo dice la Palabra de DIOS. No, a confesar los pecados a otro ser humano, ni al rezar a deidades que no sean Jesús. No existe otro nombre mediante el cual se pueda ser salvo, sino JESÚS.
Si tú te encuentras en busca de salvación y no sabes cómo hacer, sin importar cuál sea tu situación o tu pasado, sin importar que nunca antes intentaras estar bien con DIOS, o que te sientas alejado del SEÑOR por tus pecados, créele hoy a Jesús y sé libre.
Si lo has creído haz esta oración y sé salvo:
“DIOS, reconozco que he pecado contra ti, creo que Jesús es tu Hijo, que resucitó de los muertos, y que pagó por todos mis pecados. Acepto Su sacrificio. Señor Jesús, lávame con tu sangre preciosa y quebranta con tu poder el yugo que me oprime, dame salvación y vida eterna, restáurame y vivifícame. Envía a mí tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús oro esto, Amén.”
Si tú has decidido hacer esta oración, te invito a leer los siguientes consejos para tu nuevo comienzo:
Es imperativo que busques una congregación Cristiana donde usen la Biblia como base y reconozcan la existencia del Espíritu Santo y Sus manifestaciones. Busca a Jesús de manera personal y pídele al Espíritu Santo que te guie en todas tus decisiones y Él lo hará.
Aquí hay algunos versículos respecto a la salvación que has recibido:
“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 (Nueva Versión Internacional).
“Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.”Romanos 10:13 (Nueva Versión Internacional).
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:9 (Nueva Versión Internacional).
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