Hay períodos en nuestras vidas en los que debemos evaluar en dónde estamos y hacia a dónde vamos, evaluar el momento en el que debemos tomarnos fuertemente de la mano de Dios y depender de Él.
Los cambios sucederán de forma inesperada y el desafío vendrá a nuestras vidas. ¿Cómo reaccionaremos a ellos?
Un día los discípulos se encontraban en la barca y vieron que Jesús venía caminando sobre el agua. Imagina la escena,... dice la Biblia que comenzaron a gritar de miedo pensando que era un fantasma. En ese instante, Pedro decidió salirse de la barca e ir en pos de Jesús. ¿Cuál fue la reacción del resto de los discípulos?, puede que algunos de ellos le dijeran a Pedro que no saliera porque se podía hundir. Pero Pedro comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús, mas al notar la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Sin embargo Jesús le tomó de la mano y le salvó.
Igual que Pedro, podemos tener toda la iniciativa de seguir a Jesús, vamos caminando en la fe, comenzamos a avanzar en ella. Pero al ver nuestras circunstancias actuales y los problemas por los que estamos pasando, podemos caer en el error de perder nuestra vista en Jesús. Pedro también comenzó a tener miedo, como ese tipo de emociones que nos limitan del propósito de Dios. No se trata fundamentalmente de las circunstancias por las que estemos pasando ni por el sentimiento que tengamos, se trata de fijar nuestra mirada en Jesús, de buscar su voluntad y seguirle.
Porque Dios quiere llevarnos a un nuevo nivel de fe, el cual va más allá de las leyes naturales o de nuestra lógica. Él nos invita a caminar sobre las aguas y seguirle, nos está esperando, y esto requiere fe, valentía y determinación. Se trata de dejar nuestra zona de confort y seguir a Jesús.
Por ello las preguntas serían: ¿Qué emociones no nos permiten salirnos de nuestra barca? ¿Qué circunstancias nos detienen para seguir a Dios? ¿Tomaremos el reto de caminar sobre las aguas? ¿Seguiremos realmente a Jesús? Si no estamos viendo a Dios, ¿en quién estamos fijando nuestra mirada y decisiones?
Hoy es el día de salir de la barca y comenzar a caminar hacia el propósito de Dios. Es el día de reconocer si estamos enfocados en otras cosas que no sea Él y pedirle perdón. De decidir seguirle y permitirle que transforme la forma en que vemos las situaciones.
Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de Él procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios.
Hebreos 12:2 Dios Habla Hoy
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