viernes, 19 de julio de 2013

Empujando el Carrito De la Compra - Liderazgo - Vídeo

“Porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15).
Las cualidades para ser líder no se reducen únicamente a sentarse detrás de un escritorio y gritarle órdenes a los demás para que las cumplan.
Si ese fuese el caso, la vida, tal y como la conocemos, se detendría, con mucha palabrería pero poca acción.
Los líderes exitosos son capaces de delegar responsabilidades en otros, pero también están dispuestos a llevarlas a cabo de ser necesario.
Conozco una cadena de tiendas de supermercado, en la que el Gerente General y su equipo de vicepresidentes asisten a la inauguración de cada nueva sucursal. En lugar de disfrutar siendo el foco de atención por otro éxito, se ponen a trabajar ayudando al personal. Pueden ser vistos llenando los estantes, revisando precios, ayudando a clientes y empaquetando. Incluso recogen los carritos de la compra de su estacionamiento. ¡Qué manera de dar ejemplo a que los nuevos empleados los sigan!
Jesús nos dio el ejemplo perfecto la noche que fue traicionado por Judas Iscariote. Mientras que se servía la cena, se levantó de la mesa, tomó una toalla y una vasija y procedió a lavar los pies de sus discípulos. Dicha tarea debía, supuestamente, ser realizada por un siervo, pero Jesús estuvo dispuesto a asumir tal rol.
Pedro no estuvo seguro de qué pensar al respecto, rechazando el lavado de pies al principio. Tuvo que ser convencido. Más tarde, Jesús les informó a Pedro y a los demás discípulos que liderazgo es lo mismo que servicio. No es una verdad fácil de aplicar a la vida para muchos líderes, pero el ejemplo de Cristo aquella noche nos presenta un caso elocuente.

Así que la próxima vez que estemos listos para decirle a alguien qué hacer, recordemos aquella cena cuando el Señor, de rodillas, lavó los pies sucios y malolientes de aquellos que amó y por quienes más tarde murió. Aquello es liderazgo en su forma más alta. ¿Cómo podemos seguir ese ejemplo?

Esta reflexión resulta sumamente atinada hoy en día, cuando muchos queremos alcanzar posiciones de mando para poder dirigir a otros. Vemos, equivocadamente en tales posiciones, una clara señal de nuestra capacidad y éxito, cuando en realidad son oportunidades que Dios pone en nuestro camino para servir a los demás.
Definitivamente, Jesús es el ejemplo por excelencia en cuanto al saber ejercitar la autoridad, resultado evidente de su humildad. ¿Estamos evidenciando este tipo de actitud y conducta frente a la vida? ¿O estamos permitiendo que el modelo del mundo nos contamine y lleve a convertirnos en tiranos, tan sólo porque hemos merecido nuestro estatus?
¿Por qué no separar un tiempito este fin de semana para congregarnos y permitirle al Señor, mediante Su palabra y el poder de Su Espíritu Santo, ayudarnos a profundizar en lo que es realmente importante en nuestra relación con los demás?
Adelante, háganlo y no se arrepentirán jamás.

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