viernes, 19 de julio de 2013

Alza tus ojos más allá de los montes - Devocional

Si a causa de situaciones que has vivido estos días, sólo levantabas tus ojos a los montes para ver de dónde venía tu socorro, este es el momento de que los levantes más alto.

Cuando te ves acorralado por el enemigo, véanse deudas, preocupación, enfermedad, destrucción familiar, escasez, pobreza, sólo te quedan dos opciones: tirarte al suelo ante ellos, o clamar en busca de ayuda. Muchas veces sabemos que nos estamos enfrentando a cosas que no podemos solucionar solos, pero tratamos de todas formas de hacerlo a nuestra manera y con nuestras fuerzas, llevándonos esto a la destrucción, al cansancio y hasta a querer dejar de existir.
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. Salmos 121:1.2 
Se dice que David pronunció este salmo en un momento en el cual estaba rodeado de enemigos. Tal vez el enemigo te ha rodeado de distintas maneras y quizá no sabes cómo zafarte de las garras del abatimiento, aflicción, depresión, desánimo, pereza, adulterio etc.; pero piensa que este es el momento más oportuno para que alces tus ojos e invoques la ayuda que viene no de un monte, sino del Cielo.
Todos esperamos que alguien nos socorra por la situación que estamos viviendo, y la pregunta es: ¿De dónde y de quién esperas que venga tu ayuda? Tal vez has buscado y esperado que te ayuden tus amistades, tus parientes, un buen trabajo, tu pareja etc. Pero cuando pones tu esperanza en un ser humano, tarde o temprano serás defraudado, mas cuando aprendes a esperar en el socorro que viene de lo Alto, nunca vas a ser avergonzado.
Observa a David mirando en todas direcciones a su alrededor, a ver si alguien se aparecía a ayudarle y sacarle del hoyo en el cuál estaba, y viendo que nadie aparecía, recibió iluminación del Espíritu Santo. Mi socorro viene de Jehová, no de un ser humano, no de un vecino, no de una persona rodeada de debilidad, y mucho menos de los montes, sino de aquel que hizo los montes; quizás habías puesto tu esperanza en lo que una persona podía hacer por ti y a lo mejor fuiste defraudado por él, pero piensa en esto:


Aunque los hombres te hayan dado la espalda, aunque la gente se haya burlado de ti, aunque te prometieran y no cumplieron, aunque parezca que nadie viene a ayudarte, TU SOCORRO VIENE DE JEHOVÁ, QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA; ¿será que ese Dios que hizo toda la creación no es poderoso para socorrerte? La referencia de Dios son los Cielos y la Tierra. Es Dios quien mueve lo que tiene que mover para sacarte de donde estás, es Dios quien da la orden para que tu bendición llegue, es Dios quien te puede socorrer y librarte del enemigo, así como lo hizo con David.
Si a causa de situaciones que has vivido en estos días, sólo levantabas tus ojos a los montes para ver de dónde venía tu socorro, este es el momento de que los levantes más alto, o sea, a los Cielos porque es de allí de donde viene tu verdadero Socorro.
Padre Nuestro que estás en los cielos, en este momento oro a ti, levanto mi mirada no a los montes, sino a los cielos porque de ti es de quien viene mi socorro; gracias te doy porque Tú eres quien pelea por mí, eres quien me da la victoria, eres mi Escudo, mi Bandera, mi Torre Fuerte; en ti me escondo, Dios, y gracias te doy por sacarme adelante, en el Nombre Poderoso de Jesús. Amén.

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