Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la Luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.
Salmos 8:3-5
Hace ya algunos años, cuando era niña, no hace mucho tiempo de eso, había un comercial de TV. que citaba una verdadera y gran frase: “vales mucho y mereces respeto”. Hoy precisamente la recordaba, pensando en algunas personas que por algún motivo han olvidado lo valiosas e importantes que son.
Cuando no sabemos o no tenemos claro el valor y la importancia que tenemos, es fácil que alguien venga y nos haga dudar e incluso olvidar lo importantes y valiosos que somos. Gran parte de lo que pensamos de nosotros mismos es influenciada por alguien más, es decir, tomamos más en cuenta de lo que deberíamos, lo que las demás personas piensan o hablan de nosotros.
Muchas personas abren tanto sus oídos a las palabras u ofensas de los demás, que comienzan a creer que todo lo que dicen es cierto; a veces llega un momento en el que creemos más en lo que la gente dice de nosotros, que lo que nosotros sabemos que somos.
Hay personas que han sido tan ofendidas y menospreciadas que ya no son ellas mismas, sino lo que los demás han dicho. Las palabras son unas de las armas más poderosas que existen, con una palabra podemos ser más heridos que con un golpe o una arma física, y por eso tener claro nuestro valor es realmente importante.
Cuando Dios te creó, te hizo con un valor incalculable, y cuando te hizo su hijo, te convirtió en alguien sumamente importante; sólo Él tuvo el poder para formarte y el amor para comprarte, por lo tanto quien determina finalmente quien eres es Dios y no las demás personas.
¿Quién crees que eres y cuanto crees que vales?; si tú crees en Dios sabrás que Dios no comete errores, que su creación es perfecta; y si sabes cuánto te ama, entonces eres consciente de que para que alguien como Dios te ame, es porque realmente eres importante.
¿Por qué creer que no vales cuando tu precio fue pagado con algo tan valioso?, ¿y por qué creer que no eres importante cuando Dios está interesado en ti? Tal vez hayas vivido cosas que te han restado valor, o te hayan faltado al respeto, pero finalmente quien te hizo fue Dios y no los comentarios, ofensas y opiniones de las personas.
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