lunes, 10 de junio de 2013

Sabiduría - Reflexión - Pensamientos cristianos

Mientras el otro día ojeaba rápidamente mis fotografías, encontré una de una tejedora de canastos de la Isla Ssesse en Uganda y comencé a pensar…
El tejer diseños de canastos es un arte complejo que requiere mucha habilidad y destreza. Ver a una experta trabajando, es tan fascinante que me habría quedado observando a esta dama en particular durante horas. 
Lo sorprendente, sin embargo, fue que un joven africano también había quedado embelesado mientras la tejedora realizaba su labor.
Preguntándome si el joven estaba más interesado en el tejido del canasto que en la tejedora, me acerqué sorpresivamente a él. Al preguntarle sobre su interés en el tejido, el sabio joven me miró totalmente desconcertado y contestó que no sabía cómo hacerlo, por lo cual observaba, ya que, añadió, siempre podemos aprender algo de los demás.
De todas las lecciones que he aprendido durante mis viajes, una de las más importantes es que la sabiduría no tiene nada que ver con la riqueza y muy poco con el nivel de educación formalmente adquirido.  La sabiduría puede ser hallada en cada aldea, en cada pueblo, en cada ciudad, país y continente, en cada rincón de la tierra. Es más, los más sabios no son a menudo los más locuaces sino, por el contrario, los más callados y reservados.
El joven en la Isla Ssesse constituía un ejemplo perfecto. Su posición en la aldea era tal, que no se esperaba que estudiase la humilde tarea del tejido de canastos; sin embargo, allí estaba. Y para rematar, este joven reservado compartió una perla de sabiduría conmigo con muy poco esfuerzo.
Al observar lo que ocurre en el mundo hoy, anhelo que más gente tuviese la sabiduría de mi joven amigo africano. Ha pasado mucho tiempo desde que conocí al joven, pero he llevado su recuerdo y sabiduría en mi corazón desde entonces. Y creo de todo corazón que, sin importar quiénes seamos, siempre podemos, y debemos, aprender algo de los demás.
¿Cuánta amargura y violencia nos ahorraríamos si tan sólo pudiésemos reconocer que no sólo podemos, sino que nos toca aprender de quienes nos rodean, sean personas, comunidades o naciones?  La sabiduría no es privilegio exclusivo de un grupo selecto de personas en base a su trasfondo educativo, sino más bien está disponible para todos los que mantienen una actitud abierta a los propósitos más amplios de Dios para sus vidas. Tal vez haya toda una riqueza de lecciones que nos están pasando de largo, sólo porque no aceptamos aprender de otras personas que están más que dispuestas a compartir con nosotros. No dejemos pasar de largo estas oportunidades y aprovechémoslas.
 ¿Qué es sabiduría?  Sabiduría es lo opuesto a confianza plena y única en sí mismo. Sabiduría es tomar decisiones y seguirlas, pero confiando plenamente en Dios. En cualquier momento de este día debes detenerte para consultar a Dios y decirle: “Señor..estás en esto.” Señor: "¿Quieres que se haga esto o no?”. Debes recibir de Él la orientación en la quietud del corazón.


El principio de la sabiduría es el temor del Señor. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:7.
Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la
discreción te guardará. Te preservará la inteligencia para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades. Proverbios 2:10-12.

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