Es increíble como un error del pasado puede afectar en gran manera a nuestro presente e incluso a nuestro futuro. Hay personas que cometieron un error hace muchos años y hoy día siguen sintiéndose culpables, y a pesar de que le han pedido perdón a Dios en muchas ocasiones, siguen sintiéndose mal consigo mismos y en muchos casos, pensando que Dios no les ha perdonado.
Humanamente hablando, a nosotros nos cuesta perdonar a aquella persona que nos hizo mal, pero no es el caso de Dios. Cuando le pedimos perdón a Dios con un corazón sincero y arrepentido, Él nos concede el perdón automáticamente, no tenemos que hacer nada más, no tenemos que caminar descalzos diez kilómetros para que nos perdone, no tenemos que tirarnos al suelo y hacer penitencias para que Él nos otorgue su perdón; lo único que necesitamos es reconocer que fallamos, estar verdaderamente arrepentidos y pedirle perdón a Dios, expresarlo con nuestra boca y entonces, Dios nos concede su perdón sin preguntas ni reproches.
¿Qué es lo que no te permite creer que has sido perdonado? ¿Acaso tu error o tu pecado es tan grande que no basta el perdón de Dios?; la Biblia dice: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías 1:18 (Reina-Valera 1960).
Es hora de dejar atrás el pasado, es hora de comenzar a entender que Dios ya me perdonó, que no importa lo que hice, puesto que si ya me arrepentí verdaderamente de ello y le pedí perdón a Dios, entonces ¡Él ya me otorgó su perdón!
Los errores del pasado no van a seguir afectando a tu presente, ni mucho menos a tu futuro, porque a partir de este día vas a comenzar a vivir de una manera diferente, sintiéndote completamente perdonado, porque DIOS YA TE PERDONÓ.
Es momento de levantar el rostro y darte cuenta de todo lo que has estado desperdiciando por sentirte mal por eso que hiciste, que si bien es cierto que no fue correcto, ya está hecho; ahora eso no va a determinar cómo vas a vivir, porque el único que puede determinar cómo vas a hacerlo es Dios y Él ya te ha perdonado totalmente.
Dios quiere recordarte algo este día: “Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados”. Isaías 43:25 (Nueva Versión Internacional). Dios te dice que no se acordará más de tus pecados, y si Dios ya no se acordará, ¿por qué tú sí?
Hoy es momento para que puedas comenzar a disfrutar de esa hermosa misericordia de Dios sobre tu vida, es tiempo de disfrutar de esa libertad que Dios te otorga, no estés ya más esclavizado a los errores que cometiste en el pasado, sé libre, libre para alabarle, libre para adorarle, libre para vivir en Él, porque ¡Él te hizo libre! “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36 (Reina-Valera 1960).
Tú eres perdonado y libre porque Dios así lo quiso, no tienes que reprocharte nada que Dios no te reproche, no tienes que autojuzgarte, porque Dios no te juzga, no te autocondenes, porque Dios tampoco lo hace. No te recrimines nada que Dios no te recrimine. Hay uno solo que puede juzgarte, criticarte o condenarte, pero Él decidió en su lugar PERDONARTE y sobre todo AMARTE. Responde, pues, a ese perdón y amor viviendo y disfrutando esa hermosa libertad que Dios te otorga.
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