viernes, 28 de junio de 2013

El Señor es mi Proveedor - Devocional - Vídeos

“El ángel del Señor llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y le dijo: Como has hecho esto, y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo, afirma el Señor, que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. Puesto que me has obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tu descendencia.”
Génesis 22:15-18
Nueva Versión Internacional (NVI)
Al Señor se le conoce con muchos nombres y uno de ellos es este, Jehová Jireh, que significa Dios proveerá. Era inmenso el respeto del Pueblo de Israel al pronunciar su nombre, por lo que sustituyen su nombre por Adonai, El Señor, El Todopoderoso, El Eterno y otros. Dios, en su inmenso amor, conoce y discierne las intenciones del corazón y todo lo que nos da y nos habla en su Palabra es verdad; además nos da herramientas de poder, de su inmenso poder, la Palabra de Dios tiene poder, y ellas son escudo y protección a nuestra vida cuando las declaramos con fe, con sinceridad, con amor y con fuerza.
Abraham, conocido como el padre de la fe, al estar dispuesto a obedecer al Señor y sacrificar a su hijo, fue bendito por Dios y por su fe, y fuimos benditas todas las naciones de la tierra. Imaginemos por un instante los pensamientos, el temor, el dolor que esta situación pudo haber causado en el corazón de Abraham en esos momentos. Si él se hubiera dejado dominar por esos sentimientos, ¿qué habría pasado? Pero por fortuna para todos, su confianza en Dios y su fe fueron más fuertes que sus temores y triunfaron para darle la victoria y también darnos la victoria a nosotros.
Cuando tenemos problemas, sean de salud, económicos, en las relaciones, o de cualquier índole, éstos nos hacen sentir impotentes, débiles, nos bajan la autoestima, tenemos miedo, depresiones y hasta nos nublan la razón y no podemos ver, ni entender, ni hacer las cosas correctas o tomar las mejores decisiones; y después, las consecuencias que acarrean nuestros actos a veces empeoran las cosas, cuando buscamos solucionar todo sólo con nuestros propios medios y esfuerzos y, entonces, como dicen por ahí, el remedio resulta peor que la enfermedad.
Si aceptamos al Señor Jesús en nuestra vida, ¡entonces confiemos en El!, como confió Abraham en Dios. En ese momento de aceptación, recibimos mucho más de lo que imaginamos; la salvación y restauración de nuestro ser es algo mucho más grande de lo que podemos imaginar. En Jesús, Dios, nuestro Padre, también se  proveyó de un sacrificio perfecto para que nosotros fuéramos salvos, libres y nuevas criaturas en Cristo; independiente de cómo llamemos al Señor, Jeshua, o Jesús, es el Hombre con el que El Señor nos ha provisto para que nosotros encontremos en Él consuelo y solución a todos nuestros males, para que le invoquemos, para que le amemos con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente; cuando aceptamos a Jesús, recibimos el paquete completo sin que nada nos falte: Jesús es nuestro sanador, Jesús es nuestra paz, nuestro abogado, nuestro maestro, nuestro guía espiritual, nuestro modelo, nuestro legado, quien nos ha revelado al Padre y quien nos envió El Espíritu Santo, para darnos poder y el único mediador entre Dios y los hombres.
Jesús es ahora nuestro proveedor, pues Dios todo nos lo provee a través de Él. No vale la pena pues, dejarse arrastrar por la angustia mientras pasamos por pruebas, mejor es confiarse a Dios con todo nuestro corazón, porque así como Dios sacrificó a su hijo unigénito por todos y cada uno de nosotros, también proveerá para todas nuestras necesidades, físicas, mentales, emocionales o espirituales.
Mira a tu vida y mira qué te falta:
¿Te falta paz? Confía y declara con fe: Jeshua Shalom – Jesús es mi paz
¿Tienes necesidad de bienes materiales? Jeshua Jireh – Jesús es mi proveedor.
¿Crees que tus enemigos son más fuertes que tú?  Jeshua, Señor de los ejércitos.
¿Te sientes débil?  Jesús es mi escudo y mi fortaleza, la roca de mi salvación.
¿Te falta fe? Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Y como éstas, hay cientos de citas en La Biblia con las que puedes combatir al enemigo, al temor y declarar La Palabra de Dios, porque créelo, la Palabra de Dios tiene poder y hace lo que Dios quiere que haga.

Si buscamos primeramente el reino de Dios y su justicia, todas las demás cosas se nos darán por añadidura. Confiemos en Dios con todo nuestro corazón, tenemos al mejor Padre del mundo y del Universo, que a su Hijo dio por nuestro rescate y... ¿no nos dará con Él todas las cosas?

.


2 comentarios:

  1. sus reflexiones son de gran bendiciones en mi vida y en la vida de las persona con las cuales las comparto adelante Dios les bendiga

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Félix, Para que sea de bendición para todos fue creado este blog, y comentarios como el tuyo animan a quien esto escribe. Nuevamente gracias y bendiciones, hermano,.

      Eliminar