Jesús convirtió el agua en vino, probablemente bebía vino de vez en cuando (Juan 2:1-11; Mateo 26:29). En los tiempos del Nuevo Testamento, el agua no era muy limpia. Sin los esfuerzos de la instalación sanitaria moderna, el agua estaba llena de bacterias, virus, y todo tipo de contaminantes. Esta misma realidad se da actualmente, en la mayoría de los países del tercer mundo.
Como resultado, la gente a menudo tomaba vino (o jugo de uva) porque era menos probable que estuviera contaminado. En 1ª Timoteo 5:23, Pablo daba a Timoteo instrucciones para que dejara de tomar agua, la cual probablemente era la causa de sus problemas estomacales, y que en su lugar bebiera vino. La palabra griega para vino en la Biblia, es la palabra más básica-cotidiana. En esos días, el vino era fermentado, pero no hasta el punto en que lo es hoy. Es incorrecto decir que era jugo de uva, pero también es incorrecto decir que era el mismo vino que se usa hoy en día.
Nuevamente, la Escritura no necesariamente prohíbe a los cristianos beber cerveza, vino o cualquier otra bebida que contenga alcohol. El alcohol no está, de por sí, contaminado por el pecado. Un cristiano más bien debería abstenerse totalmente de la embriaguez y de la adicción al alcohol (Efesios 5:18; 1ª Corintios 6:12). La Biblia contiene principios. Sin embargo se hace extremadamente difícil sostener que un cristiano que bebe alcohol, cualquiera que sea la cantidad, agrade a Dios.
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