viernes, 10 de mayo de 2013

2da. Epístola Universal de Pedro, Capítulo 01 versículos 5--8 - Biblia

1:5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
1:7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 

Hace unos días, de mañana temprano, me encontraba en el salón de mi casa y, como hago diariamente a esas horas, habilité un tiempo, cortito eso sí, para leer la Biblia. Estaba centrado, leyendo la santa Palabra de Dios; leía concretamente esta 2ª epístola de Pedro, cuando llegué a los citados versículos 5 al 8. Los leí, y releí unas cuántas veces, hasta que los comprendí, o al menos los interpreté, creo, adecuadamente.
En la Biblia leemos que hay tres elementos o sentimientos fundamentales e imprescindibles en la vida espiritual de todo buen cristiano. A saber: Fe, Esperanza y Amor. Con ser sumamente importantes los tres, el mayor o más importante de ellos es el “Amor”.

Como os decía, al leer estos versículos, y volverlos a leer, los interpreté de la mejor forma que entendí. Es decir, siento que la “Fe” es el primer sentimiento fundamental. Le añadimos, como dice el versículo 5, la “Virtud”; a ésta le añadimos “Conocimiento”. Al Conocimiento, Dominio propio (sentimiento de seguridad en Su Palabra, seguridad en Él), +“Paciencia” + “Piedad” + “Afecto fraternal” + “AMOR”; este es el último y el sentimiento más importante de todos. Al fin y al cabo ¿cuál es el primer mandamiento y, seguramente, el más importante de la ley de Dios?: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. 
También leemos en Juan 3.16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. 
Y en Romanos 5.8:…mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Ese es el amor verdadero, pues como Jesús dijo a sus discípulos: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

Todas estas cosas nos conducen a la más importante de todas: el AMOR.
M.G.L:

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