domingo, 14 de abril de 2013

Mirar hacia Arriba - Reflexiones - Vídeo

Cuando estaba en secundaria, me importaba mucho lo que mis amigos pensaran de mí. Durante esos años crecí más que el resto de mis compañeros. Ser tan alto me hacía sentir incómodo. Para mantener la atención de los demás lejos de mí y de mi inusual altura, me uní al grupo que se burlaba de otros niños. Ser uno de los chistosos de la clase me ayudó a asegurarme de que los chistes se dirigieran hacia otros y no hacia mí.
Yo hacía todo tipo de bromas que herían, y a veces dañaban de verdad a los otros. Una vez, antes de la clase de gimnasia, mis amigos y yo pusimos pomada para curar torceduras en los pantalones cortos de gimnasia, de uno de los niños del equipo de baloncesto. No solamente le humillamos, sino que también tuvo que ir a la enfermería. Pensé que iba a ser chistoso, pero nadie lo consideró así, y menos mi padre.
Mis padres no siempre pensaban que mi comportamiento era chistoso. Me recordaban la Regla de Oro: tratar a otros como me gustaría que me trataran a mí. Muchas veces me regañaban por la manera como trataba a los demás. Lo que yo hacía era herir a otros niños y al mismo tiempo, dañaba mi reputación como alguien a quien debería respetarse. Mis amigos me veían arriba, me respetaban porque yo era alto, pero ¿qué veían?
Mis padres querían que yo fuera un líder y un buen ejemplo para los demás: un ser humano decente. Me enseñaron a fijarme metas y a ser el mejor en todo lo que hiciera. En las lecciones que me daba mi padre, me decía una vez y otra vez que fuera el líder que debía ser: que fuera un hombre grande de corazón y acciones, así como mi cuerpo.Tenía que preguntarme si era o no importante, ser el tipo de líder y persona que mi padre quería que yo fuera. Sabía en mi corazón que él tenía razón. Así que traté de seguir sus consejos lo mejor que pude.
Cuando me concentré en ser el mejor en baloncesto y me volví el mejor en el juego, me hice el propósito de ser un buen ejemplo para los demás. A veces tengo que detenerme y pensar antes de actuar; ocasionalmente cometo errores: todos somos humanos, pero continuó buscando oportunidades donde pueda ser diferente y ser un buen ejemplo, como me lo aconsejó mi padre. Ahora les toca a ustedes.
“Sé un líder, Shaq, no un seguidor. Ya que la gente tiene que mirarte hacia arriba, dales una buena razón para hacerlo”.
Shaquille O’Neal
(Estrella Baloncesto NBA)
Lucas 12:48 Se espera mucho de aquellos a los que mucho se les da, ya que su responsabilidad es mayor.

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