¿Cómo puedo ser salvo? ¿Por qué tengo que ser salvo?
Somos todos infectados por el pecado (Romanos 3:23). Nacemos con el pecado (Salmo 51:5), y personalmente escogemos pecar (Eclesiastés 7:20; 1 Juan 1:8). El pecado es lo que nos hace ser “no salvos”. El pecado es lo que nos separa de Dios. El pecado es lo que nos tiene en el camino a la destrucción eterna.
¿Cómo puedo ser salvo? ¿Salvo de qué?
A causa de nuestro pecado, todos merecemos la muerte (Romanos 6:23). Mientras la consecuencia física del pecado es la muerte física, esta no es la única clase de muerte que resulta del pecado. Todo pecado es por último contra un Dios eterno e infinito (Salmo 51:4). A causa de esto, la pena justa por nuestro pecado también es eterna e infinita. ¿De qué tenemos que ser salvos?: de la destrucción eterna (Mateo 25:46; Apocalipsis 20:15).
¿Cómo puedo ser salvo? ¿Cómo proveyó Dios la salvación?
Como la pena justa por el pecado es infinita y eterna, sólo Dios podría pagar la pena, porque sólo Él es infinito y eterno. Pero Dios, en Su naturaleza divina, no podía morir. Entonces Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo. Dios tomó sobre Sí la carne humana, vivió entre nosotros, y nos enseñó. Cuando la gente les rechazó a Él y Su mensaje, y procuró matarle, Él de buena voluntad se sacrificó por nosotros, permitiéndose ser crucificado (Juan 10:15). Como Jesucristo era humano, Él podía morir; y como Jesucristo era Dios, Su muerte tenía un valor eterno e infinito. La muerte de Jesús en la cruz era el pago perfecto y completo por nuestro pecado (1 Juan 2:2). Él tomó las consecuencias que merecimos nosotros. La resurrección de Jesús de entre los muertos, demostró que Su muerte era efectiva y absolutamente suficiente por el pecado.
¿Cómo puedo ser salvo? ¿Qué debo hacer?
"Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo" (Hechos 16:31). Dios ya ha hecho todo el trabajo. Todo lo que debes hacer es recibir por fe la salvación que Dios te ofrece (Efesios 2:8-9). Confía plenamente sólo en Jesús como el pago por tus pecados. Cree en Él, y no perecerás (Juan 3:16). Dios te está ofreciendo la salvación como un regalo. Todo lo que tienes que hacer es aceptarla. Jesús es el único camino de la salvación (Juan 14:6).
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