domingo, 17 de febrero de 2013

¡Claro que puedes! - Mensaje - vídeo

Todos hemos querido en algunas ocasiones darnos por vencidos; son esos momentos en que parece que es más fácil rendirnos, en vez de seguir luchando contra algo que no está bajo nuestro control y que, por más que insistamos, no vemos una respuesta.
A veces parece que se nos olvida rápidamente lo que Dios ha hecho, y hace, en nuestra vida y permitimos que, de un momento a otro, un sentimiento de derrota inunde nuestro ser, provocando que nuestros pensamientos se llenen de ciertas frases y palabras que no nos alientan, sino que terminan por desanimarnos aún más.
Estar parado allí, en ese momento, cuando las fuerzas parece que se acabaron, cuando, por alguna razón, queremos rendirnos y no seguir luchando, es uno de los momentos más duros que  podemos experimentar.
Pero, a pesar de todo esto, hay algo que nos llama la atención, y es que siempre que un sentimiento de derrota inunda nuestra vida y los deseos de rendirnos aparecen, Dios se la ingenia y, de alguna manera, hace que recobremos esa fuerza que momentos antes creíamos no tener.
Son muchos los momentos cuando sentimos que ya no podemos más, cuando parece que es más fácil darnos por vencidos que seguir luchando, cuando las fuerzas se nos acaban y cuando nos encontramos solos con el Señor, a punto de colgar nuestros guantes, de decirle que ya no podemos, ni queremos seguir luchando.
Pero, personalmente, en cada momento de esos, en cada situación en donde quise rendirme, Dios siempre se las ingeniaba y provocaba en esa habitación un ambiente diferente; mi habitación se llenaba de su presencia, podía sentir su abrazo y aquel hombre que estaba a punto de rendirse, ahora lloraba como un niño, mientras su Padre le abrazaba con ternura y le decía:“¡Claro que puedes, eres mi hijo!”.
Sentir la presencia de Dios en esos instantes, es una de las mejores experiencias que podemos sentir en nuestra vida cristiana; sentir que cada vez que queremos rendirnos, Dios nos hace comprender que no estamos solos, que Él está a nuestro lado. Verdaderamente genial.
Quizá, los últimos días, un pensamiento o sentimiento de derrota haya estado inundando tu mente y tu ser, puede que en este momento sientas que es más fácil rendirte que seguir luchando, quizá sientas que aunque quieres seguir, ya no puedes, que todo está acabado, que todo está perdido.
Entonces, prueba a hacer algo diferente, ve a un lugar a solas, donde no haya nadie más. Debes saber que Dios conoce el sentimiento que ahora te embarga, tienes que saber que a Dios no se le ha escapo ningún detalle de tu vida, y aunque en este momento te sientas solo y olvidado, no lo estás, porque Dios está allí mismo junto a ti y Él aún no ha terminado contigo.
Dios sabe lo mal que lo estás pasando. Él sabe que sientes que ya no tienes más fuerzas para seguir luchando, pero, a pesar de ello, Él sigue creyendo en que lo vas a lograr, no por lo que en este momento sientas, sino porque Él lo hará posible en tu vida.
Cierra tus ojos allí donde estás, deja que Dios te abrace fuertemente, deja que Él te haga sentir lo importante que eres para Él, permite que te susurre al oído y te diga: “¡Claro que puedes, eres mi hijo o eres mi hija!”.
Si vas a llorar como un niño delante de Él, hazlo, porque mientras lo hagas, Dios te abrazará más fuertemente, te hará sentir suyo, acariciará tu cabeza y mientras limpia las lagrimas de tu rostro, te dirá:

“¡Claro que puedes, porque YO estoy contigo!”

“Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones”. 

Filipenses 4:13 (Traducción en lenguaje actual)


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