Acabamos otro año, y es tiempo en el que, por alguna razón, evaluamos lo que hemos hecho, lo que hemos experimentado, sufrido o gozado durante todo este año pasado.
Seguramente tuvimos momentos muy difíciles, otros en los que parecía que nuestra fe se debilitaba, quizá tuvimos que pasar por experiencias dolorosas y crisis que golpearon nuestra vida de una forma muy fuerte. Sin embargo, si hacemos memoria, también recordaremos momentos de sonrisas, de alegría, de gozo, de emoción, momentos que no olvidaremos; puede que en los que recibimos una respuesta que tanto esperábamos o en los que Dios nos sorprendió con algo mejor de lo que creíamos merecer.
Todos, absolutamente todos, tuvimos excelentes momentos y también difíciles episodios, pero si hay algo de lo cual podemos dar fe es de que DIOS HA SIDO FIEL.
Independientemente de lo que nos toco vivir este año, por fácil, duro o muy duro que nos fuese, si hoy estamos leyendo estas líneas es porque DIOS HA SIDO FIEL.
Tan fiel ha sido Dios que tenemos vista para ver, entendimiento para comprender esto, la salud suficiente para sentarnos frente a un ordenador o, mejor aún, tener acceso a internet cuando millones de personas alrededor del mundo no tienen este privilegio.
En estos días, si algo no debemos hacer es quejarnos porque...¿Por qué nos vamos a quejar, si tenemos vida?; entonces: estamos bendecidos.
Seguramente muchos de nosotros perdimos gente cercana a nosotros o familiares en este año. Momentos muy duros y difíciles; ellos están en un lugar de reposo pero nosotros aún tenemos vida, Dios aún nos ha dado este privilegio y, cuando nos lo da, no lo hace con la intención de que nos quejemos, porque, ¿cuánta gente que murió desearía estar con vida y disfrutar de lo que nosotros disfrutamos?; sin embargo Dios nos dio este privilegio a nosotros y seguramente ellos están en un lugar especial esperando que las trompetas suenen para ser los primeros en levantarse.
Por un momento dejemos de pensar en lo malo, en las crisis, en los problemas, en lo difícil que fue todo o en lo difícil que aún hoy es eso que estamos viviendo y enfoquemos nuestra mirada a ese Dios que HA SIDO FIEL.
Cuando decimos que Dios ha sido fiel es porque muchos de nosotros hemos merecido ciertas cosas, sin embargo Dios nos ha dado cosas mejores; también muchos de nosotros no hemos tenido fe este año, sin embargo Dios no dejó de estar a nuestro lado; quizá muchos dudamos en algunos momentos de la presencia de Dios con nosotros, sin embargo Él nos ayudó a salir de muchas situaciones; quizá muchos descuidamos nuestra relación personal con Él este año, sin embargo Dios se mantuvo allí tomándonos de la mano y llevándonos a hacer su voluntad.
Hoy es un bonito día para decirle: ¡GRACIAS DIOS!, porque Él ha sido FIEL.
Independientemente de todas las circunstancias que nos rodearon o nos rodean, hay algo indiscutible, Dios ha sido, es y siempre será FIEL, pues su Palabra lo declara: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.” 2 Timoteo 2:13 (Reina-Valera 1960).
¡DIOS HA SIDO FIEL!
Seguramente tuvimos momentos muy difíciles, otros en los que parecía que nuestra fe se debilitaba, quizá tuvimos que pasar por experiencias dolorosas y crisis que golpearon nuestra vida de una forma muy fuerte. Sin embargo, si hacemos memoria, también recordaremos momentos de sonrisas, de alegría, de gozo, de emoción, momentos que no olvidaremos; puede que en los que recibimos una respuesta que tanto esperábamos o en los que Dios nos sorprendió con algo mejor de lo que creíamos merecer.
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